Por este motivo, se han buscado alternativas saludables con mayores contenidos de proteína.
Desde esta necesidad, la empresa
Agroindustrial CMA SpA, con el apoyo de la Fundación para la Innovación Agraria
(FIA), identificó una importante oportunidad en el uso de semillas de acacia
caven, de la Región del Biobío, como aditivo para la producción de pan.
Las semillas de acacia es un recurso
silvestre, endémico en sudamérica, que se encuentra subutilizado, ya que no es
utilizado como fuente de consumo directo, a pesar de poseer un elevado
contenido de proteínas, incluso superior a las leguminosas tradicionales,
posicionándose como un recurso útil para alimentación.
Además, su recolección permitiría a los
miembros de la Agricultura Familiar Campesina (AFC) iniciar una actividad que
les genere nuevos ingresos mediante este recurso, y que se adecúa a los ciclos
de recolección de productos Fforestales no madereros en los cuales
ya trabajan, siendo complementario a la recolección de rosa mosqueta, por
ejemplo, y permitiendo además extender hacia mediados de año las actividades de
recolección.
Con el tiempo, este proyecto podrá dar
paso a el desarrollo de nuevos cultivos manejados para incrementar la
productividad de los espinales silvestres.
En esta línea, responsable de laboratorio
de la empresa Agroindustrial CMA SpA, Marisol Zurita destacó que “las semillas
de acacia poseen un endosperma con un alto nivel de proteína (42%), superior
incluso al contenido proteico del poroto de soya (38%), y otras leguminosas
(lentejas, garbanzos, etc.).
A diferencia de otras fuentes de proteína
vegetal, las semillas de acacia no compiten con cultivos tradicionales por
superficies cultivables ya que los espinales silvestres se desarrollan en zonas
de secano costero, en los cuales es muy difícil la implementación de cultivos
industrializados. Hoy en día, las semillas de acacia se recolectan de manera
manual en espinales silvestres.
Aproximadamente, una hectárea de espinal
es capaz de generar 1.500 kg de vainas por temporada, las cuales se abren y
separan de la semilla que posee el endosperma que será purificado, procesado y
convertido en un aditivo enriquecedor de proteína para uso en industria
panadera”.
Por otra parte, la directora ejecutiva de
FIA, Francine Brossard, relevó que “junto al Ministerio de Agricultura, y en el
contexto del Plan de soberanía y para incentivar una alimentación sana, este
aditivo se presenta como una muy buena alternativa, ya que es un aporte a la
nutrición de las personas, al poder incorporarlo en la mezcla panadera,
pudiendo llegar a valores superiores al 5% en un producto que es consumido a
diario.
Por otro lado, se agrega valor a los
espinales, destacando su aporte nutricional y dando una oportunidad a la
pequeña y mediana agricultura de la región de trabajar con este recurso,
abriendo una posibilidad de negocio y encontrando diversificación en sus
alternativas de producción”.
“Este proyecto y su implementación
comercial generará un nuevo producto de que se agrega valor a una especie. Los
factores diferenciadores de las acacias frente a otras fuentes de proteína
vegetal son, por un lado, que no compite por superficies con ningún otro
recurso cultivable, debido a que los espinales se desarrollan en sectores
áridos en donde es muy difícil la implementación de cultivos industrializados.
Para finalizar debemos mencionar que el
proyecto se encuentra a mitad de las actividades de I+D+i para desarrollar la
tecnología de procesamiento de semillas. Se han realizado las pruebas de
laboratorio, y hoy en día se está comenzando a agregar la línea de producción y
la etapa de prototipaje.
El aditivo aún no se encuentra a la venta, pero ha despertado mucho interés en la industria panadera nacional. Se espera que las ventas iniciales sean cercanas a los 200 ton/año durante los primeros años, con tasas de crecimiento promedio anual de un 25%.
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