jueves, 23 de junio de 2022

Todos los caminos conducen al Corcovado: el monumento más famoso de Brasil

 El ícono de Río de Janeiro -y uno de los monumentos más célebres del mundo- es un paseo obligatorio para cualquier visitante. 

En tren, Van o a pie, varios caminos conducen al Cristo, y cada uno tiene ventajas que conviene tener en cuenta. La recompensa será la misma: conocer la estatua del Cristo Redentor y disfrutar de una de las vistas más lindas del planeta, a más de 700 metros de altura. 

TREN: El tren del Corcovado es la forma más conocida de llegar al Cristo Redentor, y para muchos la más cómoda y práctica, subiendo por las colinas del Parque Nacional de Tijuca, en medio de la mata atlántica hasta llegar a la base del monumento. 

Las vistas durante el ascenso al cerro son realmente increíbles y se permite parar en los miradores Vista Chinesa, Mesa del Emperador y Mirador Doña Marta para apreciar mejor el paisaje. El trayecto es agradable y dura 20 minutos y se pueden evitar las multitudes siempre que las entradas, se compren con anticipación. La estación del tren queda en Cosme Velho, y es accesible en transporte público.

VAN: Las vans turísticas, salen desde tres puntos de la ciudad: Praça do Lido, en el céntrico barrio de Copacabana; Largo do Machado, junto a la estación de metro del mismo nombre, y del propio Centro de Visitantes de Paineiras, en la base del cerro del Corcovado, donde el estacionamiento es complicado para autos particulares. 

Esta modalidad es menos multitudinaria que el tren, si bien incluye el tránsito hasta el Parque Nacional de Tijuca. 

El traslado no incluye paradas intermedias, pero es confortable y seguro. Las vans funcionan de 8:00 a 15:00 horas y para los que gustan de dormir hasta tarde, una salvedad: si bien el monumento cierra a las 19:00, a partir de las 16:00 horas la visibilidad se complica por las nubes que suelen coronar la cumbre, por eso lo mejor es ir de mañana. 

Los precios por persona parten desde los 10 dólares y se ofrecen promociones para visitar el Aquario, el acuario marino más grande de América del Sur, ubicado en la zona portuaria, que fue totalmente renovada desde la celebración de las Olimpiadas de Rio. 

A PIE: Desde el hermoso Parque Lage, sale un sendero o trilha (en portugués) que conduce al Corcovado y la caminata de ascenso dura de dos a tres horas. 

El camino es lindo, con pequeñas caídas de agua y algunos trechos más escarpados que otros, pero no se recomienda subir en solitario. Antes de emprender la aventura, conviene consultar grupos y guías de senderismo que ofrezcan orientación sobre el recorrido. 

EN LA CIMA: Cerca de dos millones de personas visitan cada año el Cristo de Corcovado, pero lo masivo no le resta emoción a la experiencia. Desde arriba se divisa el Centro de Rio, casi toda la Zona Sur y una parte de la Zona Norte de la ciudad. 

También la Bahía de Guanabara, el Pan de Azúcar, la laguna Rodrigo de Freitas, el cerro Dois Irmãos, la Pedra da Gávea y las playas más populares de la zona sur. Una visita interesante es la pequeña capilla de Nuestra Señora de Aparecida, un templo mínimo y siempre lleno de flores ubicado en la base del Cristo. 

Cuando y como llegar. 

“O Rio de Janeiro continua lindo”, dice la canción de Gilberto Gil que homenajea a una ciudad que es hermosa en cualquier época del año, si bien hay algunas temporadas con lluvias y calor extremo, especialmente durante el verano. Desde Santiago hay varios vuelos directos por semana hacia la capital carioca.

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