Durante siglos, las distintas civilizaciones han
utilizado la leche de burra con fines cosméticos y de salud, en particular los
antiguos griegos y egipcios. Hipócrates, considerado el padre de la medicina,
fue el primero en escribir sobre las virtudes medicinales de la leche de burra,
mientras que la reina Cleopatra y Pauline Bonaparte, hermana del conocido
emperador francés, solían tomar baños con esta leche en medio de su obsesión
por mantenerse jóvenes y hermosas.
Esta realidad no ha cambiado y, en la actualidad, los
especialistas sostienen que la leche de burra aporta muchos beneficios al
cuerpo humano después de la materna, debido a su alto contenido en
lactoferrinas y lisozimas. Asimismo, las principales investigaciones académicas
que hoy existen en torno a este superalimento, apoyan su uso como una gran
alternativa en el tratamiento de alergias alimentarias.
Si bien en Chile la forma antigua y tradicional de
acceder a este recurso en nuestra capital era acudiendo al centro de Santiago
para obtener “dedales de leche” extraída directamente desde el animal, en unos
pequeños vasos plásticos, hoy existen algunas empresas que comercializan leche
de burra pasteurizada 100% natural.
Una de ellas es Lechería La Burra, emprendimiento
familiar de la Región de Los Lagos que comenzó en 2019 apuntando al mercado de
niños con alergia a la leche materna o leche de vaca, dado que estudios
italianos confirman una tolerancia de 82% en niños alérgicos.
Pilar Eynaudi, ingeniera agrónoma casada con Alejandro
Besser, médico veterinario, y actualmente madre de tres hijos, fue quien dio
vida a este proyecto para acercarlo a más familias en Chile. “Mi segunda hija
comenzó con un cuadro de alergia alimentaria, y como toda madre sufrí mucho
durante el proceso de diagnóstico y tratamiento.
En la búsqueda de soluciones, mi mamá me nombró la
leche de burra y su popular uso en el pasado y las propiedades de ésta. Comencé
a investigar y a medida que fui leyendo las características de la leche, la
especie y los testimonios de madres de niños alérgicos que encontraron una
solución en esta leche, me apasionó el tema y decidí emprender. Tras la
adjudicación de un fondo CORFO, la lechería cobró vida bajo el nombre La Burra”.
Para muchos nutricionistas y pediatras, el aporte
nutricional de la leche de burra es muy completo, ya que posee una gran
cantidad de vitaminas y proteínas que actúan como una barra protectora de
nuestro sistema digestivo, ya que cuenta con magnesio, calcio, omega 3, potasio
y fósforo, además de reforzar el sistema inmune.
“La leche de burra es muy parecida a la leche
materna, ya que tiene proteínas de alto valor biológico, como Inmunoglobulina y
Lizozima. Estos dos componentes le dan una propiedad de alimento funcional que
es muy bueno para el sistema inmunológico de las personas. Además, tiene un
bajo nivel de grasa, lo que la hace un alimento muy favorable para el consumo
de niños, ancianos y para la población en general”, destaca el Dr. Nicolás Pizarro,
investigador de INIA Remehue, también conocido como “El Doctor Leche”.
Según indicó el Instituto Nacional de Pediatría, los dos años de pandemia y encierro debilitaron las defensas de los niños, ya que provocó que perdieran la capacidad de respuesta ante agentes y hoy al salir son más susceptibles a algunos virus que antes no los afectaban. Situación que está siendo analizada a nivel mundial y que podría afectar también a los ancianos.
Frente a este escenario, el consumo de un vaso de
leche de burra de 200 cc al día, es un fuerte golpe vitamínico para nuestro
organismo. “La leche de burra es muy rica en micronutrientes. En vitaminas como
la A, B1, B2, B6, Vitamina C, D y E, así como en antioxidantes, ácidos grasos
Omega 3 y en una alta concentración de calcio muy biodisponible. Todo lo cual
le da un carácter de un superalimento”, agrega Pizarro.
Por esto, Lechería La Burra lanzó un nuevo producto:
“La Burra Petit”, un shot de 70cc de leche 100% de burra, fortalecido con
prebióticos y exquisito sabor a vainilla, ideal para el consumo diario y
reforzar el sistema inmunológico de toda la familia.
“Un estudio de la Universidad de Salamanca demostró que quienes agregaron a su dieta 250 ml diarios de leche de burra durante seis meses, disminuyeron su colesterol malo, aumentaron el HDL (colesterol bueno) y mejoraron su respuesta autoinmune.
Mientras que investigadores de la Universidad de
Ciencias Agrícolas de Raichur, India, hablan de que esta leche facilita la
absorción intestinal del calcio; que posee acción inactivadora de algunos
virus; combate el estreñimiento, el cansancio físico y problemas de sueño y
ansiedad”, comenta Pilar.
Lo cierto es que este producto adquiere cada vez mayor relevancia, sumado a que el contexto de salud invita a poner los ojos sobre este “pharmafood” o alimento funcional, como fue denominado por un paper del Journal of Food Science, como una alternativa natural para el cuidado y prevención de la población en general.
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