domingo, 23 de febrero de 2020

El embrujo de Puerto Natales


Puerto Natales, ciudad y puerto de Chile, está en el extremo austral del país, a orillas del canal Señoret, entre el Golfo Almirante Montt y el seno de Última Esperanza, en la región de Magallanes y de la Antártica Chilena.

Es la capital de la comuna de Natales y de la provincia de Última Esperanza, que fue bautizada así por el navegante Juan Ladrillero que la catalogó, en uno de sus viajes, como su “última esperanza” de encontrar el Estrecho de Magallanes desde el norte hacia el sur.

En 1894 los pioneros alemanes Ernesto von Heinz y Kurt Meyer denominaron como Natalis, al río que desemboca en la parte norte de la actual ciudad. Lo anterior, debido que el avistamiento del río se produjo el 24 de diciembre en vísperas del día de Navidad porque “natalis, significa nacimiento en latín.

La ciudad, se encuentra a 247 kilómetros al norte de Punta Arenas (capital regional) y es la entrada hacia el parque natural de Torres del Paine.

Barrida por el viento austral, Puerto Natales ofrece a los visitantes la posibilidad de conocer una ciudad rodeada de una naturaleza ancestral que está presente en la vida diaria de todos sus habitantes.

Se puede llegar a la ciudad a través de varias vías.  Una es la vía aérea ya que, a su aeropuerto, llegan casi todas las líneas aéreas que operan en Chile.

El principal acceso por vía terrestre, se realiza utilizando la Ruta 9 norte, Punta Arenas-Puerto Natales. Las otras alternativas de ingreso vía terrestre, son por intermedio de los pasos fronterizos con Argentina, de Casas Viejas, de Dorotea y Río Don Guillermo, que están abiertos todo el año.

Ahora bien, por vía marítima se puede llegar a través de transbordador, especialmente acondicionado para el transporte de pasajeros, vehículos y carga, que zarpa de la ciudad de Puerto Montt con un trayecto, que dura cuatro días y tres noches.

La ciudad, en sí misma, cuenta con diferentes puntos de atracción como museos, la costanera, la Plaza de Armas, miradores, el pueblo artesanal "Ether Aike" y el Frigorífico Bories.

Gastronomía, cabalgatas, asenso a montañas, trekking por los alrededores, pesca a mano, avistamientos de aves y tour fotográfico, son algunas de las actividades que el turista puede realizar al visitar la ciudad que cuenta, con una buena infraestructura turística con cafés, restaurantes, hoteles y alojamientos adecuados para el descanso de los visitantes.

Uno: La comida

Puerto Natales tiene una amplia gama de lugares para comer que ofrecen, lo más típico de la gastronomía local. Cordero magallánico, centolla están dentro de los productos estrellas ofrecidos en los restoranes locales.

Lo más típico de la comida de la zona, es el asado de cordero magallánico criado en las estancias de la zona.

Uno de los restoranes de la ciudad que lo ofrece, es “La picada de Carlitos” (Blanco Encalada 432) cuyo dueño, Carlos Araya, explicó que “en la zona los productos estrellas de la región son el cordero, la centolla y el calafate”.

“El cordero se asa ensartado en estacas de fierro porque de esa manera, cae la grasa y solo queda la carne bien cocida.

Como es una zona ganadera, se come mucho cordero, luego están los mariscos como la centolla y pescados como el congrio, salmón, pejerreyes y robalo.

Y el calafate, que es un fruto típico de la zona, en el restaurant piden mucho el calafate sour que es el trago típico de la región”, añade don Carlos que ha trabajado toda su vida en el área de la gastronomía.

El calafate, es un arbusto perenne, endémico de la Patagonia argentina y chilena. Es una especie botánica de la familia de las Berberidae, con usos medicinales y ornamentales. Sus frutos, son comestibles y se les considera un símbolo de la Patagonia y un refrán de la zona, dice que "...el que come calafate ha de volver."

Ahora, si lo que se quiere es saborear ricos dulces, está la alternativa de entrar a la chocolatería Patagonia Dulce (Barros Arana 233,) que está ubicada en el centro de la ciudad.

Atendida por su dueña, Cristina Fernández, Patagonia Dulce ayuda a los visitantes a olvidar el frío que caracteriza a Natales, con un local acogedor que ofrece a sus clientes 18 maneras de degustar el chocolate y en su carta, se puede encontrar una amplia oferta de chocolates y pasteles que tienen una buena relación precio calidad y también, ofrecen una variedad de sándwich salados con los cuales, vale la pena tentarse.

Dos: Artesanía

Lana, cuero, madera son los materiales con que los artesanos locales, producen una variedad de objetos como ponchos, gorros, ovejas y pingüinos en lana junto con canoas, realizadas por artesanos de los pueblos originarios de la zona.

En ese sentido, en el pueblo artesanal Ether Aike (Angamos 650), se puede encontrar esta artesanía y chocolates artesanales rellenos con los productos de la región, como son el calafate y el ruibarbo.

Destaca, entre muchos otros locales de artesanías, la tienda La Tehuelche (Magallanes 174) que tiene objetos de cerámica, trabajos en madera o metal y productos fabricados en telar, con diseños originales y confeccionados por artesanos locales o de la Patagonia.

Tres: Alojamiento

Entre las muchas alternativas de alojamiento que ofrece la ciudad, está el Hostal Camino de Santiago (Eleuterio Ramírez 952) a menos de 1 km de la estación de autobuses de la ciudad y que ofrece alojamiento con restaurante, estacionamiento privado gratuito, bar y jardín.

Tiene 11 habitaciones y 28 camas y es un hostal muy familiar y de parejas, por lo que tiene habitaciones matrimoniales, individuales de tres y familiares de tres y de cuatro camas.

Entre los servicios que entrega están las habitaciones familiares y terraza; servicio de conserjería, mostrador de información turística y cambio de divisa y como la zona es especial para pasear, en el hostal se puede arrendar autos y bicicletas.

El albergue sirve un desayuno continental o americano.

“Estoy en Puerto natales desde el 2014 y esta es la tercera temporada del hostal. La ambientación, está inspirada en Navarra. Roncesvalles, Zubiri,Pamplona, Obanos, Cirauqui, Estella, Los Arcos, Luquin, Villamayor, Puente la Reina y Viana son los nombres de las ciudades navarras que  llevan las habitaciones”, señala José Marí, su dueño.

Cuatro: La geografía

La topografía de la zona es plana o semiplana, con alturas promedio de 500 msnm, lo que ayudó al asentamiento humano y aunque baja y desmembrada, la Cordillera de los Andes sigue siendo una entidad territorial de alta importancia.

En este sector, la Cordillera tiene alturas superiores a 2.000 m, donde destacan las cumbres más altas de la región: cerro Fitz–Roy de 3.340 m en el límite norte; la Cordillera del Paine cuyas torres alcanzan alturas de 3.000 m; cerro Bolador de 2.940 m; y cerro Cervantes de 2.380 m.

En su parte norte, se localiza el Campo de Hielo Sur de 30 km de ancho cubierto de hielos permanentes de donde se desprenden ventisqueros.

En esta zona, a 120 kilómetros al noroeste de la ciudad, se ubica un lugar que tiene una de las bellezas más inquietantes de la región.

Se trata de Sierra Baguales, un grupo de aserrados relieves producidos por la erosión glaciar en una meseta basáltica que hace 70 millones de años, era parte de mares tropicales, estuarios, ríos y bosques que, actualmente, se ven reflejados en los fósiles que se encuentran (crustáceos, hojas e incluso árboles).

Cinco: Alrededores

La provincia de Última Esperanza, tiene un paisaje dominado por estancias ganaderas y cordones montañosos, constituyéndose en el punto de partida hacia los distintos atractivos turísticos como Parque Nacional Bernardo O’Higgins, Parque Nacional Torres del Paine, Cueva del Milodón y Sierra Baguales lo que ha permitido el surgimiento de una activa y atractiva industria turística.

Entre las empresas turísticas está Rebel Viajes (www.REBELVIAJES,COM) que realiza entre otras actividades, un trekking a Sierra Baguales por el día (Full day).

Según lo consigna, el blog australwalkeradventure, “Sierra Baguales debe su nombre a los caballos salvajes que aún habitan en la zona.

Se dice que los indígenas Aónikenk (Tehuelches) les temían a estas montañas y nunca se adentraban en ellas para cazarlos, esto tal vez por la inmensidad de sus cumbres y paisajes, que llevan al turista a un viaje al pasado en un lugar fuera de esta dimensión.

Esta zona, constituye un espacio clave para el estudio del poblamiento y la ocupación humana del extremo sur de la Patagonia porque, articula las regiones de la cuenca del lado argentino al norte (Argentina) y Ultima esperanza al sur (Chile), con algunos de los fechados geológicos más antiguos de la región.”

Se estima que los fósiles que se encuentran en la zona, tienen una data de más de 50 millones años de antigüedad aproximadamente.

El trekking comienza a las 8:30 cuando pasan a buscar a los turistas a su alojamiento en Puerto Natales. Primero, se llega a la localidad de Cerro Castillo, donde los turistas pueden descansar, tomar un café con un trozo de las ricas tortas que se fabrican allí. La recomendación, es llevar efectivo pues en ese lugar, como no hay conexión digital, no sirven las tarjetas de crédito o débito.

Luego de un descanso de media hora, se reinicia el viaje. En el camino, el viajero se topa con la laguna Figueroa donde se encuentra la hostería El paso, donde Gabriela Mistral escribió “Desolación”.

Luego de una hora más de camino, se llega la Estancia 3R, donde mostrarán a los viajeros, el trabajo y la vida allí. 

La estancia, es el sueño concretado de Alicia Rivero, que siempre quiso tener un lugar en la Patagonia donde poder desconectarse de la ciudad, simplemente para disfrutar del paisaje del lugar.

En las 4000 hectáreas, los turistas podrán cabalgar en los caballos baguales que han sido domesticados, podrán disfrutar de trekking, pesca en mano, avistamientos de aves y tour fotográfico, además, de poder alojar en el logde.

Desde este lugar, se inicia una pequeña caminata de media hora hasta Laguna Irene, donde se puede observar y fotografiar aves y también, una primera aproximación a la historia indígena local y el proceso de colonización de la Patagonia, para luego abordar el vehículo y trasladarse hasta el lugar donde comienza  el “Trekking Sierra Baguales” de alta intensidad.

La actividad, de aproximadamente 12 kms, se inicia subiendo por un sendero con vistas de la cordillera Bagual, donde conviven distintas especies, como pumas, zorros, chinges, guanacos y caballos salvajes (baguales).

Se continúa hacia un mirador ubicado a 1.200 m sobre el nivel del mar, desde donde hay una vista panorámica del paisaje del sector. En este mirador, se hace una pausa para tomar fotografías y disfrutar de un “box lunch”.

Durante todo el camino, los turistas son acompañados por los guanacos, que siempre están avisando a las otras manadas de la presencia de extraños.

Asimismo, en el trayecto, especialmente en la cumbre, se pueden identificar fósiles marinos de millones de años de antigüedad, que hacen comprender que toda la Patagonia fue alguna vez, un lecho marino.

Juan Moya, guía de la excursión opina que “personalmente, recomendaría esta experiencia ya que esta caminata, es una excelente preparación para la subida base de Torres del Paine”.

A través de toda la ruta, resaltan las coloridas formas basálticas de los cerros y montañas Obelisco, del Pilar, Pináculo y el imponente torreón del Ciudadela, que se alza dominando las tierras bajas hacia el Sur y el Este.

Los nativos Aónikenk la llamaban “Carhuern “, voz que significaba “muy antiguo”, creyendo que en ella habitaban espíritus maléficos y monstruosos cuadrúpedos, teniendo temor de adentrarse en ella por miedo (tal vez) a sus fantasmagóricas formas y coloridos basálticos.

La caminata tiene una duración de 4 a 5 horas dependiendo de las condiciones climáticas.

¿Estimado lector, cree que se puede enamorar de una ciudad?

¿Alguna vez, al llegar a un lugar desconocido, ya sea de vacaciones o por cualquier otro motivo, ha sentido que la ciudad le atrapa, que con cada paso le va envolviendo y conquistando con su entorno, cultura, tradiciones, historias y habitantes?

Y no solo le gusta, sino que siente que perfectamente, podría renunciar a su vida actual para ser parte de esa ciudad.

En mi caso, al llegar a Puerto Natales, vi a una ciudad ni muy grande ni muy pequeña, con una costanera desde donde se contempla el mar, con ese viento que lo barre todo, que hace que nadie se preocupe si se está peinado o no.

Con los tejados y sus chimeneas, es una ciudad donde no falta nada y con la calidez de sus habitantes, Puerto Natales tiene el calor que el clima no le da.  

Ahora, no se ama lo que no se conoce.

En general, Magallanes no es una tierra fácil, pero en la medida de que uno vive la cotidianidad, enfrentando y solucionando los problemas, se va enamorando de la geografía, de los colores, de la inmensidad de las pampas, de la tranquilidad que brota de cada esquina y de ese viento, que acompaña la vida de las personas. 

En Puerto Natales me sentí en casa, desde el luminoso domingo de enero que llegué a pasar mis vacaciones y por primera vez, sentí que podría vivir en una ciudad distinta a Santiago.

Y no es que ya lo haya visto todo, creo que me falta mucho por conocer de mi país, pero cuando uno camina por Natales, además de conectarnos con todos los puntos de la ciudad, las calles se van entrelazando con el corazón, haciendo que uno se enamore del lugar. Y al regresar, parte de ese paisaje se quedó en mi alma para siempre.

2 comentarios:

  1. Loreto fabuloso tu articulo, completo ,explicativo,con alma y ojos de mujer que ama la naturaleza y la vida. Un abrazo.

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  2. Loreto, me encanto tu articulo, describe maravillosamente esa preciosa ciudad, nos cuentas dr su geografia, comidas, l ugares, datos, todo descrito con ojos de mujer que ama la vida y la naturalezs. Felicitaciones.

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