El predio fiscal Torres del
Avellano, ubicado en la zona cordillerana de la comuna de Río Ibáñez, es otro
de los tesoros de la Región de Aysén que las comunidades locales buscan
proteger urgentemente.No sólo se trata de 103.000
hectáreas de importante biodiversidad y presencia de especies en categorías de
peligro o amenazadas, sino también de un área con profundo significado
cultural, lugar de tradiciones ganaderas patagonas.
Así lo destaca el expediente
que a fines de abril recibió la ministra de Medio Ambiente, Maisa Rojas, de
manos del alcalde de Río Ibáñez, Juan Saldivia, y de representantes de las
comunidades locales, en una reunión sostenida en ese ministerio para solicitar
el apoyo del Gobierno a la propuesta de creación del Área de Conservación de
Múltiples Usos (ACMU) Torres del Avellano.
Se trata de un documento que
contiene toda la evidencia científica y técnica levantada durante los últimos
tres años de manera participativa por el Programa Austral Patagonia de la
Universidad Austral de Chile junto a la comunidad local, con el fin de relevar
el valor biológico, geológico y cultural del área fiscal “Torres del Avellano”.
“Hemos solicitado a la
ministra Rojas su apoyo a esta figura de conservación que respeta los usos
históricos del predio, como las veranadas, la ganadería y el turismo, y fomenta
mejores prácticas para proteger nuestro territorio, de la mano de una gestión
local liderada desde el municipio y en conjunto con la comunidad”, señaló Juan
Saldivia, alcalde de la comuna de Río Ibáñez.
Rodeado de comunidades y
habitantes que encarnan la identidad campesina patagona, el predio Torres del
Avellano destaca por sus paisajes montañosos, presencia de glaciares, bosques
nativos, mallines, matorrales y explanadas utilizadas tradicionalmente por los
arrieros y ganaderos de la zona.
Son ellos, de hecho, quienes
hace unos años comenzaron a organizarse y buscar la mejor opción para proteger
el lugar, a fin de conservar sus actividades ganaderas y culturales y, sobre
todo, hacer honor a su tradición, historia y ancestros.
Es así que, junto a la
Municipalidad de Río Ibáñez, el año 2020 las comunidades locales comenzaron a
desarrollar una propuesta de protección del área, que permitiera la
implementación de buenas prácticas para el uso tradicional de la ganadería de
bovinos, ovinos y caballares, pero también de otras actividades asociadas al
creciente interés turístico; todo ello procurando la protección y conservación
de los valores naturales de este predio que alberga una variedad de especies en
categorías de peligro o amenazadas, incluyendo huemules, pudúes, pumas, entre
otros mamíferos, y numerosas aves y anfibios que dependen de su ecosistema
único para sobrevivir.
“Esta propuesta es clave para
avanzar hacia una integración y funcionamiento sistémico de las áreas
protegidas de la región, haciendo posible la conectividad de los ecosistemas a
lo largo de un territorio y, a su vez, reconociendo e integrando el uso ancestral
de sus habitantes”, señaló Jorge Silva, encargado de Tierras Fiscales del
Programa Austral Patagonia de la Universidad Austral de Chile, entidad que
apoyó el levantamiento de información técnica y científica que da sustento a la
propuesta de ACMU Torres del Avellano.
Uso ancestral y
diversificación hacía el turismo
En Torres del Avellano existen
diversos pasos montañosos que han sido utilizados por los habitantes para
movilizar a sus animales y viajar entre poblados, desde mucho antes de que
existiera la carretera Austral.
En la actualidad, se siguen
usando como rutas para los ganaderos, pero también se han transformado en
senderos de uso turístico. Cada año, de hecho, son más las ofertas y servicios
ligados al turismo que ofrecen los mismos habitantes de las comunidades locales,
y el incremento de visitantes ha sido notorio.
El problema, señalan, es que
el crecimiento de esta actividad no ha estado correctamente ordenada ni
regulada, generando diversos problemas en el área como la falta de control y
seguridad en la ruta, contaminación, riesgo de incendios, entre otras.
“Estamos desarrollando un plan
de manejo que considera los múltiples usos del predio, respetando nuestras
raíces ganaderas. No queremos que ocurra lo mismo que en otras localidades,
donde han perdido su identidad campesinos y lugareños debido a la llegada de
gente de afuera.
Queremos que la gente de
afuera trabaje a la par con nosotros, no que nos excluyan de las decisiones o
acciones que se deben tomar”, comenta Eduardo Vas, vecino de Bahía Murta,
agregando -además- que este plan impulsará el desarrollo de un turismo sustentable
en la zona.“Queremos fomentar, por
ejemplo, iniciativas de trekking y cabalgatas por las rutas históricas que se
hacían antiguamente, como aquella que va desde Villa Cerro Castillo hasta
Puerto Sánchez por la ruta del lago, y que es la que recorrían las personas para
llegar a los poblados mineros ubicados en los puertos Cristal y Sánchez.
También, queremos fomentar las
cabalgatas y caminatas en la zona de Bahía Murta, como parte de la ruta a la
Torres del Avellano, para mostrar el trabajo de las veranadas que conecten la
montaña con las costumbres del campo”, dijo por su parte Andrés Agüero,
operador de turismo de la localidad de Bahía Murta.
Igualmente, los pobladores de
la zona quieren seguir potenciando las visitas de turistas y deportistas de
todo el mundo, atraídos por la cordillera del Avellano que, al ser parte de un
cordón con torres de granito, es especialmente atractiva para quienes practican
escalada.
Oportunidad de ser
la primera ACMU
El predio Torres del Avellano
cuenta con importantes ecosistemas, como el bosque nativo que cubre un 26% de
su superficie y que actúa como un corredor biológico entre las áreas silvestres
protegidas más cercanas: Parque Nacional Patagonia, Parque Nacional Laguna San
Rafael y Parque Nacional Cerro Castillo.
También alberga un importante
porcentaje de nieves y 7.765 hectáreas de glaciares que constituyen reservas de
agua para la cuenca del río Palena y fuentes de abastecimiento de agua potable
para las comunidades de la zona. Por otro lado, un 5,8% de la superficie del
predio fua identificada como refugio climático para la biodiversidad.
“Sin duda estamos hablando de
un área en la que los usos tradicionales convergen con ecosistemas y
biodiversidad de importancia regional y nacional, que debe ser resguardada. Loa
vecinos fueron las primeros en darse cuenta de ello y solicitar su protección
legal, inicialmente como un Bien Nacional Protegido, y ahora -bajo la nueva Ley
SBAP- como un Área de Conservación de Múltiples Usos ( ACMU)” agregó el alcalde
Saldivia.
En efecto, ACMU es una nueva
categoría de protección terrestre creada en el marco de reciente Ley para la
Naturaleza que crea el servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas, que en su
artículo 61 la define como un área terrestre, acuática, marina, insular o
continental, cualquiera sea su tamaño, caracterizada por una interacción
tradicional entre los seres humanos y la naturaleza, relevante para la
conservación de la biodiversidad.
El objetivo de esta categoría
es asegurar el uso sustentable de recursos naturales y los servicios
ecosistémicos, a través de un manejo integrado del área. En esta área podrán
desarrollarse distintas actividades de uso sustentable, siempre que no pongan en
riesgo los servicios ecosistémicos que esta área provee».
“Adoptamos esta figura
siguiendo la sugerencia que la misma ministra de Medio Ambiente le hiciera en
octubre del año pasado al entonces alcalde de la comuna de Río Ibáñez, y
estamos convencidos de que es la figura idónea para velar por la protección de
nuestro patrimonio natural y tremendo valor cultural que representan las
tradiciones como la trashumancia y el trabajo campesino que definen al
campesino patagón”, comentó por su parte Cristian Vidal, tour operador de Villa
Cerro Castillo, quien agregó además que “este tipo de figura de protección
ofrece la gran oportunidad de incorporar un modelo de gestión local con
participación activa de las comunidades de la comuna de Río Ibáñez”.
Cabe destacar que Chile cuenta
con una importante reserva de territorio fiscal disponible, es decir,
territorio sin destinación ni administración, que representa un 45% del
territorio fiscal. Estas áreas se extienden en la macrozona norte y sur-austral
del país con un gran potencial de contribuir a mejorar la representación de los
ecosistemas dentro de las áreas protegidas, así como al bienestar humano.
“Esperamos que el Ministerio
de Medio Ambiente vea la oportunidad que representa la creación de la ACMU
Torres del Avellano que es, sin duda, un esfuerzo conjunto entre el Gobierno,
la sociedad civil y los ciudadanos de Río Ibáñez. Además, esta podría ser la
primera área de esta categoría en Chile”, finalizó el alcalde Saldivia.