Desde
siempre el ser humano ha buscado cuidarse y sentirse bien, objetivo que sin
duda se ha hecho más evidente en el último tiempo en el marco de una crisis
sanitaria sin precedentes. Los caminos para lograrlo son muchos: realizar
actividad física, practicar meditación y evitar el estrés, son algunos de
ellos.
Sin embargo,
el que siempre está en la palestra es el cómo nos alimentamos, pues ciertos
tipos de dieta pueden impactar favorablemente nuestro bienestar, mientras otras
se relacionan de manera directa con la aparición de algunas enfermedades.
En ese escenario, un tema que se ha puesto al
centro de la conversación es el poder de los probióticos que son, en palabras
simples, microorganismos vivos que entregan beneficios a quien los consume. Pero
¿Qué debemos saber sobre ellos? ¿Qué tan comprobados están sus efectos
positivos? ¿Dónde los encontramos?
Ana
Vidaurre, nutricionista de Kombuchacha
certificada como especialista por el Autism Research Institute, EEUU, comparte cuatro
datos centrales a considerar para entrar en este fascinante mundo porque los probióticos
son claves para la salud nutricional
Aun
considerando que cada microorganismo tiene sus efectos específicos, existen
efectos generales que se atribuyen a distintos probióticos. Por una parte, sintetizan
vitaminas en nuestro organismo y también en los alimentos fermentados como la
B1, B2, B3, B5, B6, B12 y K.
Lo mismo
realizan con ácidos grasos esenciales y ácidos grasos de cadena corta. Asimismo,
apoyan procesos digestivos al digerir la lactosa y convertir las proteínas en
aminoácidos. Adicionalmente, modulan la actividad de células que generan
inflamación en intestino, llamadas citoquinas.
Los probióticos
contribuyen a la inmunidad. También producen antibióticos y anti fúngicos que
previenen la colonización del intestino por bacterias y hongos, y a la vez aumentan
el número de células inmunitarias. Además, generan acido láctico que ayuda a
mantener en equilibrio el Ph intestinal y, a la vez, protegen de xenobióticos
dañinos para el ser humano como el mercurio, pesticidas, la radiación y otros
contaminantes.
Diversas
investigaciones han demostrado su utilidad tanto preventiva como terapéutica,
especialmente en patologías digestivas, cuadros infecciosos y cólicos
infantiles. Junto con eso tienen efectos positivos en infecciones agudas del
tracto respiratorio.
En este
sentido, Vidaurre enfatiza en que el uso terapéutico de los probióticos es
específico para cada persona y su situación. Por tanto, para obtener dichos
beneficios estos deben ser recomendados por un médico o profesional de la salud
con estudios en microbiota que permitan definir qué y para qué se necesita.
Podemos
suplementarlos, pero también se encuentran de manera natural en alimentos
Existen
ambas opciones: en suplementos (cápsulas) y en alimentos y bebidas. Es factible
usar ambas alternativas, aunque para tratamientos y uso médico las cápsulas
ofrecen la ventaja de que está bien identificado que tipo de microorganismo hay
y en que concentración, lo que permite hacer un manejo más específico.
Por otro
lado, para personas sanas que quieran prevenir y fortalecer su organismo, los
alimentos y bebidas ricas en probióticos son una gran alternativa. No obstante,
es clave revisar tanto la calidad de los proveedores – sus políticas de
elaboración, higiene, materias primas, recetas – para que todas esas variables
se alineen a lo que se sabe que funciona y genere así patrones de
microorganismos benéficos.
Están
presentes en todos los alimentos fermentados. Prácticamente cualquier alimento
puede pasar por este proceso, pero los más comunes en Chile y de efecto
probiótico más demostrado son el yogurt natural fermentado (ojalá por 24hrs),
kéfir de leche o yogurt de pajaritos, kéfir de agua, chucrut o repollo
fermentado, kimchi, fermentado de verduras origen coreano y la kombucha, bebida fermentada de té y azúcar.
Existe
evidencia de que este brebaje milenario contiene cerca de 50 tipos distintos de
microorganismos probióticos. Además de ello, tiene otros compuestos benéficos
para la salud como antioxidantes, especialmente polifenoles que están presentes
en el té (más aún en él té verde) y cuyo contenido aumenta con la fermentación.
Sobre todo, cuando está hecha de té verde.
A eso se
suman algunas enzimas que apoyan procesos digestivos y ácidos. Además, se trata de una bebida ligeramente dulce,
agradable y versátil, que al ser vegana y sin lactosa representa una opción de
efecto probiótico adecuado para personas con ese tipo de restricciones.
Ya lo
sabes, incluir probióticos en tu dieta abre la puerta a un mundo de efectos
positivos. Sin embargo, Vidaurre recalca que estos no reemplazan tu microbiota
actual, sino que generan buenos elementos, por ejemplo, el ácido láctico, que
mejoran las condiciones locales y ayudan así a seleccionar las mejores bacterias
dentro de la población. Para ello
requieren trabajar en complemento con una alimentación natural rica en fibras
que perpetúen y profundicen sus efectos.
Para saber más, visita w.kombuchacha.cl