Claudia Foerster |
¿Sabía Ud., por ejemplo, que no se debe usar el mismo
cuchillo o la misma tabla para cortar los productos cocidos y los crudos o que
la carne se debe descongelar por 24 horas dentro del refrigerador, no afuera?
“Si no se respeta la inocuidad en la manipulación de
los alimentos las personas se exponen a sufrir problemas como gastroenteritis,
pero también enfermedades más graves, como parasitosis, problemas renales o
septicemia, sobre todo en los niños, los ancianos y las personas
inmunocomprometidas”, explica Claudia Foerster, médica veterinaria, PhD y
coordinadora del proyecto “Transferencia de un modelo de inocuidad
agroalimentaria regional” de la Universidad de O´Higgins.
“Pueden provenir de lugares de preparación y venta de
carne y otros alimentos que no cuentan con permiso de funcionamiento y por lo
tanto, no tienen ni la infraestructura ni los requisitos sanitarios para
funcionar”, explica Foerster.
- ¿En qué cosas hay que fijarse al comprar
carne?
-Es importante analizar el color, la textura y el
olor. La carne de vacuno debe ser roja brillante, la de ave café clara y la de
cerdo, rosada. Debe tener un olor agradable característico y ceder a la presión
del dedo. Ojo, que una carne sin olor no significa que no tenga organismos
patógenos, porque éstos, en general, no producen mal olor. Por eso siempre se
recomienda comprar en lugares establecidos y mantener la cadena de frío. Se
debe verificar que la carne esté a 4°C, viajar rápidamente a la casa y
refrigerarla.
- ¿Qué recomendaciones daría en el manejo
de la carne?
-Al descongelarla, hacerlo en el refrigerador por 24
horas, no a temperatura ambiente; también se puede hacer en agua fría dentro de
su envase plástico original, previniendo que no esté roto o rápido en el
microondas, solo si se va a consumir de inmediato, colocando en un recipiente
apto, en la opción de descongelar del microondas o a baja potencia según los
gramos de carne. Es muy importante preocuparse de que los jugos de la carne
cruda no se coloquen en el chimichurri ni se mezclen con la carne cocida,
ensaladas u otros productos.
¿Alguna recomendación en términos de
cocción de la carne?
-Comerla bien cocida, sobre todo en el caso de niños y ancianos. Esto es importantísimo, para las carnes de ave y cerdo. Se entiende que la carne de vacuno puede comerse a punto, pero si se hace, existe el riesgo asociado de contraer enfermedades transmitidas por lo alimentos. En ese sentido, es importantísimo cambiar la fuente de la carne cruda y no mezclar los jugos crudos con la carne cocida.
¿Qué reglas se deben seguir al cocinar?
-Separar los productos crudos de los cocidos y usar
tablas y cuchillos distintos para cada cual; no dejar los alimentos cocidos más
de dos horas a temperatura ambiente; preocuparse de un estricto lavado de manos
antes y después de manipular los alimentos y que no se toquen la cara y nariz
al cocinar, al manipular o al servir.
¿Es recomendable comer asado recalentado o
cosas preparadas de días anteriores?
-La comida preparada en general dura tres días en el
refrigerador. Si no se come en esos días, se debe congelar, con lo que puede
durar hasta tres meses. Es importante, eso sí, refrigerar el alimento antes de
2 horas para evitar que se multipliquen los microorganismos. Nunca se
debe volver a congelar una carne ya descongelada. En ese caso, se deberá cocinar
y después congelar.
El proyecto “Modelo de Inocuidad Agroalimentaria
Regional” es ejecutado por el Instituto de Ciencias Agroalimentarias, Animales
y Ambientales, ICA3, de la Universidad de O´Higgins y financiado por el Fondo
de Innovación para la Competitividad del Gobierno Regional de O’Higgins (FIC) y
su Consejo Regional.
El laboratorio tiene una superficie de 60 metros
cuadrados, con una subdivisión interna de áreas diseñada según la normativa de
acreditación, entre las que están las zonas de recepción de muestras, la de
calidad, siembra, limpia, incubación, lectura y repique; lavado y descontaminación.
En él, realizarán análisis de: Enterobacterias, Escherichia coli, salmonella, Recuento Aerobios Mesófilos, Salmonella y Clostridium sulfito reductores representando, en total, una inversión compartida entre el gobierno regional y la universidad superior a los $ 300 millones de pesos.
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