La trufa negra de invierno (Tuber melanosporum), también
conocida en Francia como la trufa del Perigord es un hongo micorrícico que
crece en simbiosis con diferentes especies de árboles como el avellano europeo,
encino y roble.
Este condimento, que se cosecha entre junio y agosto,
se encuentra principalmente en Europa. Sin embargo, en los últimos años Chile
se ha convertido en otro país productor del fruto teniendo un gran resultado en
su última cosecha 2019-2020 con un 45% de aumento.
Este hongo está compuesto por un 70% de agua, 25% de
fibra y lo más interesante es que aporta energías necesarias para nuestro
organismo; pues por cada 100 gramos, se consumen 92 calorías.
En cuanto a esa particular esencia que cautiva nuestro
olfato, su interior es surcada por sinuosas venas color blanco, desde donde se
desprende el aroma inconfundible de la trufa.
Condimento, que explica Javier Rozas, presidente de la
Asociación Gremial de Truficultores “se cosechó por primera vez el año 2009 en
un huerto de ensayo emanado de un proyecto FIA sobre la introducción de este cultivo
en Chile.
Comercialmente, se podría decir que del 2012 al 2013
fueron las primeras producciones de trufa, pero muy pequeñas. Ya, definitivamente,
la exportación partió hace 3 a 4 años con volúmenes pequeños, pero notorios.
Es a partir de 2018 que se consolida la producción de trufa en el país, teniendo muy buenos resultados en la última cosecha 2019-2020 con un 45% de aumento lo que correspondió a 1,3 toneladas”.
Los buenos resultados se deben a dos razones. Primero,
que los huertos que estaban esperando a producir, empezaron a hacerlo y
segundo, los huertos más antiguos entran a una etapa de producción adulta, lo
que significa que tienen volumen mayor, una de las características de este
fruto”.
“Sin embargo, considero importante masificar aún más
el producto, que tiene como principales mercados a Estados Unidos, Brasil,
Francia, Inglaterra y Japón. Ahora se están abriendo otros mercados como España
y Corea que están consultando por la trufa chilena”.
“Incluso, en esta temporada 2021, la cosecha 2021 es
“definitivamente superior a lo que llevábamos el 2020 en este mes. Al menos
hasta ahora un 40% superior”, agrega Rozas.
Por ello, la Fundación para la Innovación Agraria
(FIA), en conjunto con la Asociación Gremial de Truficultores, el pasado 17 de
junio a las 19 horas realizaron un live –por Instagram – gastronómico de la
trufa a fin de promover este sabroso y versátil tesoro de invierno.
El evento fue liderado por Chris Carpentier, en
compañía del modelo y amante de este condimento, Marcelo Marocchino. Las
personas pueden ver el contenido a través de las cuentas de Instagram
@chriscarpentier, @fia_chile y @atchileag.
“La trufa de invierno se desarrolla entre la
Metropolitana y Los Lagos, donde hay un clima mediterráneo con inviernos fríos
y veranos calurosos.
La mayor concentración de huertos se encuentra, actualmente, en las regiones del Maule, Ñuble y La Araucanía. Así, el cultivo de este condimento ha permitido a la agricultura nacional abrirse a nuevos mercados extranjeros que valoran la calidad, consistencia, color, aroma y tamaño de nuestras trufas.
“Como FIA, hemos impulsado la introducción de este
cultivo desde un comienzo, razón que nos insta aún más a invitar a todas las
personas que desconocen este alimento a que se sumen a revisar el evento y
sigamos apoyando la producción chilena, sobre todo en el marco de una
pandemia”, dice el director ejecutivo de la Fundación para la Innovación
Agraria (FIA), Álvaro Eyzaguirre.
La trufa tiene innumerables usos, desde preparaciones
muy básicas hasta sofisticados platos, postres, licores y entremeses. Los
productos con materia grasa como los quesos, huevo, cremas, capturan fácilmente
el aroma. El arroz y los huevos pueden ser aromatizados con trufa previo a su
preparación.
En cuanto a su cultivo, originalmente estos hongos se
forman naturalmente y viven en simbiosis (beneficio mutuo) en las raíces de
determinadas especies de árboles forestales y arbustos y, por ende, las trufas
crecen y maduran bajo la superficie del suelo, normalmente entre 10-15 cm,
aunque en algunas ocasiones pueden encontrarse hasta 35.
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Chef Chris Carpentier |
Sin embargo, a contar de la década de 1970, los
franceses logran domesticar el cultivo y producir plantas en vivero para que
después de unos años comiencen a producir trufas, realizando por supuesto un
trabajo adecuado.
Es importante destacar que para cosechar las trufas se
emplean perros entrenados que pueden detectar su aroma desde lejos cuando están
maduras, a pesar de estar bajo tierra. En Chile, se utilizan principalmente
razas como Labradores, Border Collie, Fox Terrier y mestizos.
En cuanto a los desafíos del sector, Javier Rozas, el
presidente de la Asociación que hoy compone a 35 socios de todo Chile, señala
que “nos gustaría producir una trufa de calidad, aumentar los volúmenes de los
huertos establecidos y que los proyectos individuales de cada socio sean
exitosos.
También, mostrarnos en el mercado internacional como productores confiables y de buena calidad. Tenemos a Australia, que es un fuerte competidor directo de nosotros y debemos diferenciarnos de ellos al hacer una buena gestión logística y colocar buenos productos”.
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