Dos especies de la flora endémica de la
quinta región como son el cactus chilenito (Eriosyce Chilensis) y el lúcumo
chileno (Ponteira Splendeus) en el sector que comprende entre Los Molles y
Pichidangui, se encuentran en peligro crítico de extinción, amenazados por la
desertificación, especies introducidas, extracciones ilegales y especialmente
por la urbanización humana.
Es una de las principales conclusiones del
estudio “Nucleación de procesos ecológicos y su rol en la recuperación del
matorral costero dentro de unidades de conservación genéticamente delimitadas”,
del docente del Instituto de Biología de la PUCV, Dr. Gastón Carvallo Bravo
que ha realizado su estudio, junto a
investigadores de la Universidad de Concepción y la Universidad Metropolitana
de Ciencias de la Educación, en el marco de un proyecto financiado por el Fondo
de Investigación del Bosque Nativo administrado por CONAF.
La investigación que se ha realizado en el
sector que comprende entre Los Molles y Pichidangui, se ha centrado en dos
especies de la flora endémica de este sector: el cactus chilenito (Eriosyce
Chilensis) y el lúcumo chileno (Ponteira Splendeus). Estas especies se
encuentran dentro del área que fue definida como sitio prioritario de
conservación, por el “Informe Técnico N°45” de CONAMA en el año 2005.
Al respecto el Dr. Carvallo señaló que:
“este sitio es el numero 1 a nivel regional, pero hasta la fecha sigue siendo
un espacio sin protección real.
“Es por ello que este estudio busca
mostrar la importancia de conservación de este espacio, teniendo en cuenta que
es uno de los últimos lugares dónde se puede encontrar el Lúcumo chileno, una
especie de planta que se puede considerar como un fósil viviente y que
probablemente se originó hace 40 millones de años”, sostiene el académico.
Así, la región de Valparaíso se ha
constituido en el último bastión de estas dos especies que se encuentran en
peligro crítico de extinción y que se ha mantenido, entre otros factores,
gracias a la geografía que se encuentra en la zona.
Al respecto el Dr. Carvallo señaló que:
“En este espacio hay afloramientos rocosos que generan núcleos con mayor
humedad y otra temperatura, algo que ha permitido que las plantas y sobre todo
el lúcumo, se agrupen en núcleos asociadas a las rocas, en donde pueden
encontrar mayor cantidad de agua y otras condiciones que favorecen su
crecimiento”.
La conservación de esta especie es un
elemento de especial importancia para los investigadores, quienes han estudiado
este y otros lugares para saber por qué estas especies proliferan en los
sectores rocosos.
Al respecto el docente de la PUCV señaló
que: “estudiamos si estos núcleos son iguales o distintos a los lugares en
donde se encontraban otras plantas. Además, hicimos ensayos de germinación
dentro y fuera de los núcleos para poder observar similitudes y diferencias”.
40 millones de años atrás, cuando la
Cordillera de los Andes no existía y nuestro país contaba con un clima
tropical, esta especie de lúcumo servía de alimento para la mega fauna del
sector.
Esto se infiere dado al gran tamaño de sus
frutos. En el sector de Los Molles hasta Pichidangui, es el último lugar donde
se pueden encontrar pequeños bosques de este árbol frutal que va de los 2 a 10
metros de altura y que mantienen un follaje verde durante todo el año. En Punta
Curaumilla, solo es posible observar este ejemplar en pequeños grupos que no
alcanzan la denominación de bosques.
Por su parte el chilenito es un cactus
endémico de esta zona, alcanza alturas entre los 30 y 40 centímetros y posee
una flor blanca o rosa, siendo una de las fuentes principales de los agentes
polinizadores del sector.
Los ecosistemas de la región de
Valparaíso, presentan un número elevado de especies con problemas de
conservación, dado los altos niveles de intervención antrópica, según el
Informe País (CONAMA).
Por otro lado, estudios internacionales como los desarrollados por organismos como World Wide Fund for Nature (WWF) y el Banco Mundial, han ubicado a la zona central de Chile, en la categoría “sobresaliente a nivel global y con máxima prioridad de conservación”, debido al elevado valor biológico de sus especies, singularidad de sus ecosistemas y por sobre todo al peligro crítico de conservación.
Lo anterior apoyado por el Global 200
(WWF), dan señal que los ecosistemas terrestres y marinos de la Región de
Valparaíso se encuentran entre las 200 ecorregiones de mayor importancia para
la conservación a nivel global, entre ellas podemos encontrar la Punta Andina
Central, las Islas de Juan Fernández y Rapa Nui, la Corriente de Humboldt y el
Matorral Esclerófilo Chileno.
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