Ubicado en el corazón del Cerro Alegre, para
la inauguración asistieron personalidades vinculadas al turismo, hotelería,
gastronomía, pesca, artistas y amigos.
Todo esto, en un lugar acogedor, que busca ser
un espacio de encuentro para los visitantes de Valparaíso como para sus
habitantes.
Un elemento único y diferenciador de Mar
de Amores se centra en su oferta de mariscos vivos, y para ello
invirtieron en estanques de recirculación de agua de mar, lo que permite tener
una temperatura, oxígeno y salinidad correcta para conservar vivos ostras,
ostiones, erizos, choritos entre otras especies.
Estos productos son cultivados por pequeños
acuicultores de nuestro país, como lo es Justo García, uno de los proveedores
de Mar de Amores. Precisamente en Hueihue, al este de Ancud en la isla de
Chiloé, es donde cultiva ostras (chilenas y japonesas) y choritos.

Otro de los elementos atractivos de Mar de
Amores son los dos acuarios de gran tamaño en donde mantienen especies nativas
de las cosas chilenas como cangrejos, soles de mar, pepino de mar, choritos,
lenguado, entre otros.
Su fin es difundir la diversidad marina que
existe en las costas de Chile. De hecho, uno de los proyectos a corto plazo es
impartir clases familiares de biología marina para conocer el ecosistema marino
de la región.

Luego de leer el menú del mar, junto a un
emotivo discurso, Gonzalo Ilabaca descubrió su obra pintada en el año 2011, un
hombre que ahora tiene en su centro, intervenido, un rojo corazón el mismo
corazón de la Sirena
de Mar de Amores. Un acto que transmitió el alma del restaurante.
Sin duda, es un lugar que no se puede
dejar pasar estando en Valparaíso. Para quienes quieran visitar Mar de
Amores, el primer restaurante de mariscos vivos de Valparaíso, lo pueden hacer
de lunes a domingo en horario de almuerzo y viernes, sábado en horario de cena.
Del menú, los imperdibles son la entrada de ostras chilenas y japonesas, los
ostiones vivos a la parmesana y los erizos en salsa verde.
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