Uno de los alimentos que reúne a la familia chilena es
el cordero. Un buen vino y un fogón con este animal asado es parte de las
tradiciones criollas.
En el país, el sector ovino considera un total de unos
4 millones de cabezas, donde la región de Magallanes lidera la producción
nacional, con cerca del 57% del total de la masa ovina nacional
Sin embargo, la región de O’Higgins no se queda atrás
y destaca con una masa ovina cercana a las 158 mil cabezas siendo, en opinión
de productores, chef y expertos de la zona, la carne del “ovino del secano”
una de las mejores del país.
Este ovino se desarrolla con rebaños muy pequeños,
asociados a sistemas pastoriles, mecanismos tecnológicos bajos y una marcada
informalidad en el faenamiento, que puede desencadenar distintos problemas;
principalmente en el ámbito de la salud pública por la Hidatidosis.
Por esta razón, un equipo de expertos de la
Universidad de Chile está trabajando en un Proyecto ovino cuyo objetivo general,
es favorecer el desarrollo del sector ovino regional con especial énfasis en el
territorio del Secano, consolidando un producto Premium con identidad
territorial, bajo una institucionalidad pública-privada capaz de darle
gobernabilidad y sostenibilidad en el tiempo.
En lo concreto se busca posicionar al Cordero del
Secano como un producto de calidad superior ligado a un territorio particular,
reconocible en todo el país y que incentive la inversión en la zona.
El ovino se concentra en el secano de O’Higgins, donde
sólo la provincia de Cardenal Caro representa un 68 % del total de cabezas en
predios de más de 60 animales cada uno, lo que significa un gran potencial
productivo y turístico para la zona.
“Los corderos representan una fuente de trabajo y en
la medida en que no haya una ayuda especialmente en el tema de la
comercialización, difícilmente habrá un estímulo.
La masa ovina de la región creció un 24,5 % cuando
tuvo un comprador, pero ahora ya no lo tiene. Si hoy tuviéramos una planta
faenadora que comprase los animales y que pudiera exportar, crecería la masa
ovina, su calidad, desarrollo y, por ende, habría una mejora económica para
muchos productores y sobre todo para un territorio que se ha caracterizado por
la producción de corderos de carne”, enfatiza Acosta.
El programa de encadenamiento productivo, financiado por el Fondo de Innovación para la Competitividad, FIC, y el Gobierno Regional y que se basa en la Estrategia de Innovación de O’Higgins, busca replicar trabajos colaborativos entre el sector privado y público que han sido exitosos en otros territorios.
El secretario general ministerial de Agricultura
(Seremi) de la región de O’Higgins, José Guajardo señala sobre este proyecto
que “no solamente ha involucrado producción sino también ha puesto en la mesa
algunos temas como la creación de una marca, un sello de raza para este
producto y también la elaboración de estudios de pre factibilidad para ver
cuáles son las alternativas viables de contar con una planta faenadora en la
región”.
“Este tipo de iniciativas genera un encadenamiento
productivo, donde se verán involucrados no solo los productores ovinos, sino
que también los prestadores de servicios turísticos, las escuelas agrícolas,
los habitantes, entre otros”, añade el SEREMI regional de Agricultura.
A fines de enero, autoridades, productores y vecinos
del sector se reunieron en el Fogón del Ovejero, en la comuna de Pumanque para
conocer los resultados del estudio de una planta faenadora, instancia que
además compartieron alrededor de una parrilla para degustar y promocionar el
“Cordero del Secano”.
En esa actividad el chef a cargo del asado, Alexis
Hernández, comentó que “este cordero no es solamente para la parrilla, se puede
hacer en diferentes preparaciones como empanadas de cordero, albóndigas,
brochetas, etc. Incluso, queremos hacer una línea de comida para perros con lo
que hoy no se utiliza del animal, la idea es aprovechar cada parte del
cordero”.
El parrillero agregó que el cordero de esta zona es excelente e incluso superior al magallánico, por lo sabroso y jugoso que es.
A diferencia del magallánico, este es un cordero que
tiene entre 3 a 4 meses. Es un primor y está orientado exclusivamente a
producir carne, a diferencia del cordero del sur que tiene entre 8 y 9 meses y
su producción está enfocada en la producción de lana. La calidad nuestra es
mucho mejor” señaló Fuentes.
Las zonas del secano costero de la VI región que no tienen mayores posibilidades agrícolas, están enfocadas, preferentemente, a la ganadería ovina.
Este proyecto espera que, en todo el país, pero principalmente en los mercados más exigentes de las grandes capitales, se reconozca la calidad del cordero de la región de O’Higgins, que, según las mismas palabras de productores, cocineros y consumidores, debiera convertirse en uno de los mejores del país.
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