Por primera vez, un país
latinoamericano será invitado oficial en el Encuentro de Embarcaciones
Tradicionales de Galicia, y será Chile.La embarcación La Chilota,
junto a una delegación integrada por cultores, navegantes y gestores culturales
de regiones del sur del país, surcará las aguas europeas para participar entre
el 17 y 20 de julio en este reconocido evento patrimonial que reúne a más de 40
asociaciones marítimas del mundo.
La Chilota, construida en el
marco del Festival Marítimo de Pasaia 2024 por carpinteros de ribera chilenos,
navegará nuevamente por aguas europeas como embajadora del patrimonio marítimo
chileno. La delegación nacional participará en el XVII Encuentro de Embarcaciones
Tradicionales de Galicia, que se realizará del 17 al 20 de julio en la ciudad
de Ribeira, un evento internacional clave para la salvaguardia de la cultura
marítima en Europa.
La embarcación, construida con el oficio tradicional de la
carpintería de ribera, permitirá al público disfrutar de la navegación a vela
al estilo chileno.
Una embarcación construida con
técnicas de carpintería de ribera chilota, un pan que cuenta historias de
migración, carpinteros de ribera que comparten saberes ancestrales, navegantes,
docentes y gestores culturales, todo eso y más será parte de las actividades
donde participará la delegación chilena, integrada por 11 personas provenientes
de las regiones del Biobío, Los Lagos, Aysén y Magallanes, y que representará a
Chile en la Península Ibérica.
El 14 de julio, la delegación
inició su viaje desde Chile rumbo a Galicia, marcando el inicio de esta
travesía cultural que conectará las costas del sur de Chile con el noroeste de
España. Antes del embarque, la directora del Servicio Nacional del Patrimonio
Cultural (Serpat), Nélida Pozo Kudo, los despidió en el aeropuerto Arturo
Merino Benítez, destacando la relevancia de esta participación internacional.
El evento, que se celebrará entre el 17 y el 20 de julio en Ribeira, es
considerado uno de los encuentros náuticos patrimoniales más relevantes de
Europa.
Organizado por la Federación
Gallega por la Cultura Marítima y Fluvial (Culturmar) y su comité organizador,
este encuentro convoca desde 1993 a más de 40 asociaciones gallegas e
internacionales vinculadas a la cultura marítima y fluvial, como de Portugal,
Irlanda, Francia, País Vasco, Cataluña y Andalucía, entre otras.
La versión de este año tiene
un valor simbólico especial: regresa, después de 32 años, a la ciudad donde se
realizó la primera edición del evento. Además, en esta oportunidad, por primera
vez en su historia, contará con la participación de un país latinoamericano
como invitado: Chile.
La participación chilena,
coordinada por el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural, a través de su
Subdirección de Patrimonio Cultural Inmaterial, busca visibilizar y promover la
vigencia del patrimonio cultural inmaterial vinculado a la carpintería de
ribera y el patrimonio marítimo chileno, en el marco de los planes de
salvaguardia impulsados por el Serpat. En Chile, el oficio de la
carpintería de ribera está reconocido oficialmente a partir del 2020 con su
inclusión al Inventario de Patrimonio Cultural Inmaterial.
“Esta delegación representa lo
mejor del trabajo colaborativo en torno al patrimonio vivo. Desde la
carpintería de ribera hasta el pan que evoca migraciones históricas, Chile
estará presente en Galicia no solo con una embarcación, sino con una memoria que
cruza océanos y generaciones.
Este tipo de acciones no solo refuerzan las
relaciones y el trabajo colaborativo entre comunidades de diferentes latitudes
del planeta, sino que además siguen impulsando al Servicio del Patrimonio en su
compromiso con los cultores y la cultura tradicional.
Chile en eso es
riquísimo, y debe ser una fuente de orgullo y trabajo para quienes desde el
Estado apoyamos estas iniciativas. Les deseo el mayor de los éxitos en su
travesía”, señaló la directora nacional del Serpat, Nélida Pozo Kudo.
“Este viaje es una oportunidad
para compartir la riqueza del patrimonio marítimo chileno, conectarnos con
otras comunidades costeras del mundo y proyectar nuevas formas de colaboración
internacional.
Nos emociona volver al mar con La Chilota como símbolo de esta
relación transatlántica entre Galicia y Chile”, afirmó el encargado regional de
Patrimonio Cultural Inmaterial del Serpat en Los Lagos y coordinador general de
la delegación, Marco Tamayo.
Una embarcación que cruza
océanos
La protagonista de esta
travesía será La Chilota, una velera de madera de 4,8 metros de eslora,
construida en 2024 por carpinteros chilenos en los astilleros de la Fundación
Albaola (País Vasco) como parte del Festival Marítimo de Pasaia, donde Chile
fue país invitado de honor.
En esta oportunidad, para el Encuentro en Galicia,
su traslado desde Pasaia a Ribeira —un trayecto terrestre de más de 750
kilómetros— será una acción clave de esta nueva etapa, consolidando los lazos
de cooperación con Fundación Albaola, organización recientemente reconocida por
la UNESCO como ejemplo de buenas prácticas en salvaguardia del patrimonio
marítimo vasco.
La Chilota, que permitirá al
público disfrutar de la navegación a vela a la chilena durante los 4 días del
evento, será presentada en Galicia como la embajadora del patrimonio marítimo
chileno, permitiendo mostrar en el agua los atributos de la carpintería de ribera
y la navegación a vela.
Un viaje con sabor a pan
Uno de los hitos más
singulares de la participación chilena será la actividad “Chile–Galicia: Unidos
por el pan”, donde se elaborarán y compartirán marraquetas —también conocidas
como pan batido o pan francés— en el corazón de Ribeira, símbolo de la panadería
tradicional chilena.
La propuesta busca destacar el valor cultural del pan
nacional, vinculado a la historia e influencia de la migración de Galicia y del
País Vasco a Chile en los siglos XIX y XX.
La iniciativa cuenta con el
patrocinio de Molino Linderos S.A. y la Escuela Internacional de Panadería y
Pastelería Artebianca. En esta ocasión, además de ofrecer pan recién horneado,
la delegación chilena invitará al público a disfrutar de un tradicional
choripán con aderezos preparados en el lugar, generando un espacio de encuentro
en torno a los sabores compartidos.
Asimismo, la delegación
chilena exhibirá un stand institucional denominado “Chile marítimo y sus
tradiciones”, donde por medio de charlas con cultores, relatos, fotografías,
material audiovisual, publicaciones, artesanía y exposiciones interactivas,
compartirá sus conocimientos sobre técnicas constructivas, tipos de
embarcaciones tradicionales y los desafíos actuales de la transmisión
intergeneracional.
Precisamente, para
el presidente de las Agrupación de Carpinteros de ribera Lebu y quien es
parte de la delegación, Héctor Bustos, dijo que “es un gran orgullo
representar a Chile y a nuestra carpintería de ribera en un evento
internacional como este. Viajar al extranjero es algo excepcional para nuestra
agrupación, con el compromiso de sacar adelante este oficio y preservar nuestro
patrimonio.
Hemos trabajado duro para mantener viva esta tradición y poder
mostrarla al mundo. En Galicia queremos compartir no solo nuestras técnicas de
construcción, sino también nuestra cultura ligada a la navegación y la pesca
artesanal, tan presentes en Lebu”.
Un compromiso país con la
salvaguardia marítima
Con esta nueva participación
internacional, el Servicio Nacional del Patrimonio Cultural reafirma su
compromiso con la salvaguardia activa del patrimonio cultural inmaterial y su
proyección en contextos globales.
El viaje a Galicia no solo implica visibilidad
internacional, sino que también abre puertas a nuevas oportunidades laborales,
redes de cooperación y aprendizajes técnicos que se proyectan de regreso a las
comunidades locales.
Así lo demuestra, por ejemplo,
el caso de Hugo Almonacid, carpintero de ribera de Calbuco, quien luego de
participar en la construcción de La Chilota en Fundación Albaola
durante 2024, fue recientemente contratado por esa misma institución para
continuar su oficio en Europa.“Estas acciones nos permiten
construir un puente cultural entre comunidades separadas por miles de
kilómetros, pero unidas por el mar, la madera y la memoria”, concluye Marco
Tamayo, destacando que la participación chilena es también una forma de honrar el
trabajo colectivo de tantas generaciones vinculadas al litoral y su cultura.