Del 21 de septiembre al 6 de octubre se llevó a cabo
el Oktoberfest 2024 en la ciudad alemana de Múnich, la fiesta más importante a
la cerveza, que solo el año pasado batió el récord de asistencia
con 7,2 millones de visitantes, cifra inédita desde 1985.
De acuerdo con Julie Robinson, Client Services
Director para Centroamérica y Caribe en another,
agencia de comunicación estratégica con la mayor oferta de servicios en América
Latina, el festival de la cerveza y folclor más grande del mundo se está
transformado debido a las nuevas tendencias.
Por ejemplo, Múnich, la histórica sede del
Oktoberfest, abrió el pasado 18 de julio su primer Biergarten o jardín de
cerveza sin alcohol. Esta iniciativa se debe a los cambios de consumo y
preocupación por el consumo excesivo de alcohol en la ciudad.
Die
Null, la primera taberna al aire libre que ofrece alternativas con baja
graduación alcohólica abrió sus puertas cerca de la estación de trenes de la
capital bávara para ofrecer opciones de bebidas sin alcohol, cocteles, jugos,
agua y cerveza sin alcohol hasta el 15 de septiembre, una semana antes del
inicio de las fiestas de octubre.
Robinson señaló que actualmente existe un “boom” por
la cerveza sin alcohol en Alemania. Datos de la Oficina
Federal de Estadística en Wiesbaden indicaron que en 2023 se produjeron
alrededor de 556 millones de litros de bebidas no alcohólicas, esto significa
que la producción se duplicó en los últimos diez años, cuando en 2013 se
registraron al menos 267 millones de litros. Aunque cabe subrayar que la
creación de cerveza sigue siendo mayor, con 7.200 millones de litros generados
el año pasado.
Según Statista,
el nivel de consumo de cerveza sin alcohol en Chile ha incrementado
considerablemente en una década, al pasar de 600 mil litros en 2011, a un
estimado de más de 8 millones de litros en 2021.
A nivel mundial, también la categoría de bebidas con
baja graduación de alcohol ha crecido, principalmente por una generación Z que
busca alternativas más saludables, comentó Julie Robinson. De hecho, un estudio
de Berenberg Research descubrió que la Gen Z bebe un 20% menos per cápita en
comparación de los millennials, además que el 64% de estos jóvenes agregó que
esperan beber menos en su vida adulta.
"La Generación Z prefiere evitar el consumo de
alcohol, impulsada por una mentalidad más cautelosa y orientada hacia el
bienestar. Esta generación valora mantener el control y prioriza su salud
física y mental, optando por alternativas que les ayuden a manejar el estrés
sin los efectos negativos del alcohol.
Para ellos, cuidar su cuerpo y evitar consecuencias
como la resaca o el aumento de peso son decisiones conscientes y alineadas con
su estilo de vida saludable, lo que refleja una tendencia creciente hacia
alimentos y bebidas que promueven el bienestar emocional y físico”, opinó la
experta en another.
El que un país con una ley de pureza en la cerveza que
se mantiene firme desde hace más de medio siglo esté ofreciendo en uno de sus
festivales más importantes alternativas, significa que no sería descabellado
ver en el futuro la primera carpa o zona libre de alcohol en el Oktoberfest, añadió
Robinson.
El auge de bebidas con baja graduación de alcohol es una tendencia cada vez más marcada dentro de la industria del consumo. Estas iniciativas, finaliza Julie Robinson, subrayan la importancia de adaptarse a las preferencias de las nuevas generaciones, que priorizan el bienestar y un consumo más responsable.
Para maximizar el impacto de estos productos y
conectar efectivamente con sus audiencias, las marcas deben trabajar de la mano
con aliados estratégicos y expertos en comunicación, asegurando que su mensaje
de innovación y responsabilidad llegue a los consumidores adecuados en el
momento justo.