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Ouro Petro |
El
mayor país de América del Sur ofrece ventajas para turistas con presupuesto
limitado, lugares de naturaleza espléndida, patrimonios arquitectónicos y
culturales abiertos a cualquier visitante. Río
de Janeiro y Niteroi
El
romance entre los viajeros chilenos y Río de Janeiro es de vieja data, pero se
mantiene vigente. Nada más democrático y accesible que las playas de la zona
sur de la ciudad, Copacabana, Ipanema y Leblón, para pasar el día y esperar la
puesta de sol.
Conectadas
con el resto de la ciudad por ómnibus de frecuencias regulares, cada una tiene
un público fiel (familias, hippies, surfistas), pero al mismo tiempo muestran
las múltiples voces que animan la ciudad.
Con
el Metro, las playas de Barra de Tijuca (a 20 km de Copacabana) son accesibles
en pocos minutos desde Ipanema; desde otras zonas de la ciudad, en combinación
con ómnibus y Metro.
Otra
opción atractiva son las playas de Niteroi, a las que se pueden llegar tras un
paseo en ferry desde el puerto de Río (Plaza XV, en el Centro), en un viaje de
20 minutos por la Bahía de Guanabara con lindas vistas y un costo de apenas que
no llega a los dos dólares por persona.
Una
visita imperdible en Niteroi es al Museo de Arte Contemporáneo (MAC), con su
icónica silueta de “plato volador” que parece suspendida sobre el agua de la
bahía.
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Porto Alegre |
Para la puesta de sol conviene acercarse al Parque da Cidade de Niteroi,
con una fascinante vista de Rio y de acceso gratuito.
En
Rio, la tradicional subida al Pan de Azúcar cuesta unos 85 reales por persona,
pero hay otra forma de disfrutar la península de Urca -donde se ubica el famoso
monumento natural- sin desembolsar grandes sumas.
A
un costado del acceso al teleférico (bondinho) está el paseo Claudio Coutinho,
un circuito con vistas maravillosas ubicado entre Praia Vermelha y los morros
del Pan de Azúcar, al que los cariocas y visitantes acuden a contemplar la
hermosa bahía circundante.
Al
bajar, vale la pena el recorrido peatonal por el barrio de Urca, con la mejor
vista hacia el centro de la ciudad, la bahía de Botafogo y, a lo lejos, el
Cristo Redentor.
Cómo
llegar: Desde Chile existen varios vuelos por semana, algunos directos y otros
con escala en São Paulo.
Belo
Horizonte, Pampulha y Ouro Preto
La
capital de Minas Gerais, cuenta con un importante acervo arquitectónico y
museos (con entrada gratuita o con un precio simbólico) en su Circuito
Liberdade, un polo cultural ubicado en la zona histórica.
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Mirante Laje de Pedra -Canela |
Allí
están, por ejemplo, el Planetario do Espaço UFMG do Conhecimento y el Museo
Gerdau das Minas e do Metal, con una impresionante oferta interactiva sobre la
historia de la minería.
Otra
visita indispensable -pero hay que llegar temprano porque la capacidad es
limitada- es el Palácio da Liberdade, sede histórica del gobierno de Minas
Gerais y cuyos jardines se inspiraron en el Palacio de Versalles.
A
la hora de comer, una parada popular es el Mercado Central, en cuyos
"botecos" el pan de queso recién horneado, el queso tipo Minas y la
cachaza son parte del acervo gastronómico ya no sólo de Minas, sino de Brasil
ante el mundo.
Después
de un día explorando el área central de la capital minera, vale la pena
recorrer el Complejo Arquitectónico de Pampulha, considerado Patrimonio
Cultural de la Humanidad por la Unesco.
Ubicado
a 16 kilómetros del Palácio da Liberdade y proyectado por el célebre arquitecto
Oscar Niemeyer en la década de 1940, el Complejo es el símbolo de la ciudad.
Las
construcciones como la Iglesia de San Francisco de Isis, la Casa de Baile y el
Museo de Arte de Pampulha rodean a una laguna artificial y comparten el espacio
con jardines del paisajista Burle Marx y obras de Cándido Portinari.
En
la zona están el campus de la Universidad Federal de Minas Gerais, el estadio
Mineirao (escenario del histórico 7-1 del Mundial 2014) y la Fundación
Zoo-Botânica (con 200 especies animales y un mariposario), entre otras
atracciones. Para el final de la tarde, otra atracción gratuita: disfrutar la
puesta del sol desde la ladera de la Praça do Papa, una de las vistas más
lindas de la ciudad.
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Leblon e Ipanema |
A
107 kilómetros de Belo Horizonte está la ciudad de Ouro Preto, a donde se puede
llegar en autobús (a partir de 35 reales por persona), que bien valen la
inversión. Ouro
Preto es una síntesis del Brasil colonial y de una de las mayores "fiebres
del oro" de la historia mundial, en el siglo XVII.
Sus
calles empedradas y sus monumentos religiosos, convirtieron a la ciudad en
Patrimonio de la Humanidad en 1980 y su magnífico conjunto arquitectónico
barroco, es uno de los mejor conservados en el mundo.
Imperdibles
son la Iglesia Matriz de Nuestra Señora del Pilar, cuya decoración insumió más
de 400 kg de oro y la Iglesia de San Francisco de Asís, diseñada y decorada por
el artista mulato Aleijadinho, obra maestra del especialista en arte sacro.
Cómo
llegar: Desde
Santiago existen varios vuelos semanales a Belo Horizonte, con escala en São
Paulo.
Gramado
y Canela, la otra cara de Porto Alegre
A
poco más de una hora de viaje de Porto Alegre, capital del Estado de Río Grande
do Sul, están las ciudades de Gramado y Canela (separadas entre ellas por un
trecho de sólo 11 km), con su arquitectura inspirada en las antiguas ciudades
europeas y canteros de flores en cada rincón.
Uno
de los imperdibles del paseo, es la caminata por la Avenida Borges de Medeiros,
epicentro de la fiesta más famosa de Gramado, el Natal Luz, que se inaugura en
octubre y termina en febrero del año siguiente.
En
este viaje, bien vale la visita al Lago Negro, un bosque urbano con senderos
muy accesibles.
En
Gramado y Canela, la exuberante naturaleza y saltos de agua permiten la
contemplación y la práctica de navegación a pedal, trekking, mountain bike,
canyoning o tirolesa.
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Catedral de Canela |
En
el Parque estadual do Caracol (entrada entre 9 y 18 reales por persona) está la
cascada homónima, con 131 metros de caída de agua. Una advertencia a los
viajeros: aunque no es usual, en los meses de julio y agosto puede nevar en la
zona.
Las
ciudades de la “sierra gaúcha” son generosas en su oferta gastronómica, con
degustaciones de vinos, chocolates y fondues. El clima ameno, favorece la
oferta de spas y atracciones de agroturismo ideales para toda la familia.
En
Porto Alegre, al visitante le esperan
más de 50 museos y memoriales, 30 centros culturales y 30 teatros. Esta urbe,
situada a 2.300 km de Chile, cuenta con atracciones históricas en el centro de
la ciudad. ¿Los imperdibles?: el Centro Cultural Usina del Gasómetro, el Parque
Farroupilha y el Memorial do Rio Grande do Sul.
Cómo
llegar: Desde Chile existen vuelos a Porto Alegre, con escala en São Paulo.
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