miércoles, 8 de octubre de 2025

Seis razones para enamorarse del Nordeste brasileño

 El Nordeste es donde el verano nunca termina, el mar acompaña la cultura acogedora y cada atardecer emociona. 

Durante la participación de Brasil en la FIT Argentina 2025, se lanzó la marca Nordeste, en la que se unen los nueve estados de la región, posicionando el destino de forma integrada, sostenible y con un alto valor agregado.


¿Listo para inspirarte? Descubre seis destinos del Nordeste que van a encantar a tus viajeros.

Taller de crochet y pesca artesanal: una conexión con las tradiciones de las comunidades de la Ruta de las Emociones

Jericoacara, Barroquinha y sus alrededores revelan el lado más auténtico y humano de Ceará. Más allá de los paisajes paradisíacos, son las personas y sus historias las que hacen que el viaje sea inolvidable.

La Ruta de las Emociones es una invitación irresistible para quienes buscan conectarse con la naturaleza y experimentar tradiciones únicas. Este recorrido de más de 500 kilómetros atraviesa los estados de Ceará, Piauí y Maranhão, llevando al viajero a paisajes impresionantes: desde las dunas de los Lençóis Maranhenses hasta el Delta del Parnaíba y el icónico Parque Nacional de Jericoacoara.

Es una experiencia que combina aventura, ecoturismo y encuentros auténticos con las comunidades locales, envueltos en la calidez y hospitalidad del noreste de Brasil.

Barroquinha, en Ceará, es uno de los destinos destacados de esta ruta, y guarda tesoros que te sorprenderán. Con sus paisajes vírgenes y tradiciones preservadas, la ciudad ofrece experiencias que te conectan con la esencia del litoral cearense.

Colaborar con pescadores en alta mar y participar en un taller de crochet son algunas de las actividades que te esperan en la Ruta de las Emociones. Momentos que despiertan curiosidad, admiración y una profunda sensación de pertenencia a esta región.

La magia del crochet

Además de sus paisajes exuberantes, Jericoacoara es conocida por su valioso artesanato, en el que el crochet ocupa un lugar destacado. Este arte refleja el trabajo impecable de las crocheteras de la villa. Y es en Jeri, como se la conoce cariñosamente, donde tendrás la oportunidad de crear tu primera pieza de crochet.

Por la mañana, el guía os recogerá en la posada y tras un tranquilo paseo por el encantador pueblo, serás recibido con una cálida sonrisa por las artesanas del Centro de Artesanía Mundo Jeri Crochet. La experiencia comienza con historias conmovedoras, donde las mujeres comparten cómo el crochet ha transformado sus vidas. Cada punto y cada pieza terminada reflejan superación, unión y belleza.

Con aguja e hilos en mano, el taller da comienzo. Las manos ágiles de las artesanas impresionan: mueven las herramientas con facilidad mientras enseñan, paso a paso, los puntos básicos del crochet. Incluso si nunca antes has sostenido una aguja, el momento es relajante, casi terapéutico. Y lo mejor: podrás crear tu propia pieza.

Antes de partir, lleva contigo una obra de arte realizada por estas mujeres. Es como llevar un pedacito de Jericoacoara, además de contribuir al valioso trabajo de las crocheteras.

Pesca artesanal en Bitupitá

Recorriendo la Ruta de las Emociones, ya sea para quienes vienen de Piauí o de Ceará, Bitupitá ofrece una experiencia diferente, cuyo telón de fondo es el vasto horizonte del mar.

Al llegar a Bitupitá, el guía nos llevará hasta los pescadores, quienes en sus embarcaciones listas para zarpar nos llevan en marea baja hasta los corrales de pesca, siendo el pescador quien nos guiará durante todo este recorrido.

Mientras te deslizas por las aguas hacia el curral de pesca (una estructura tradicional para capturar peces), el pescador comparte con orgullo las tradiciones y secretos de esta práctica ancestral, transmitida de generación en generación. También explica cómo se construye el curral, una obra de ingenio y conocimiento local.

Al llegar al curral, la experiencia cobra vida: es el momento de adentrarse en el mar y participar en la captura de peces y langostas. El agua tibia acariciando tus pies, el sonido relajante de las olas y la energía colectiva crean un instante único de conexión y pertenencia.

Más allá de una actividad de subsistencia, la pesca artesanal en Bitupitá es una celebración de la resiliencia y la sabiduría popular.

De vuelta a la playa, es hora de disfrutar un auténtico almuerzo caiçara. El aroma del pescado fresco a la parrilla, combinado con la brisa marina, crea una atmósfera acogedora e inolvidable. Saborear esta comida sencilla pero cargada de significado es una invitación a celebrar la vida en su esencia más pura.

Cómo llegar

Aeropuertos: Aeropuerto Internacional de Fortaleza; Aeropuerto de Jericoacoara; Aeropuerto Internacional de Parnaíba

En auto: Desde Fortaleza: Toma la CE-085, CE-313 y BR-402. Desde Jericoacoara: Toma la CE-085, CE-313 y BR-402. Desde Parnaíba: Recorre la BR-402.

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