Con una antigüedad estimada de
3.800 años, Peñico representa un legado cultural de gran relevancia que está
siendo puesto en valor gracias al esfuerzo conjunto del Ministerio de Cultura y
las autoridades locales.
Este importante yacimiento,
asociado a la ancestral cultura de los Huarcos y posteriormente vinculado al
Imperio Inca, ha comenzado a recibir visitantes tras años de trabajos de
investigación, conservación y recuperación del entorno.
El sitio destaca no solo por
su antigüedad, sino también por su valor simbólico y ceremonial, evidenciado en
su diseño arquitectónico y la orientación de sus estructuras principales, que
revelan conocimientos astronómicos y cosmológicos avanzados para su época.
La zona arqueológica de Peñico
se caracteriza por una plataforma monumental que se eleva sobre el valle de
Chincha, rodeada por muros de piedra y adobe, y con accesos estratégicamente
dispuestos que sugieren funciones rituales y administrativas.
Se cree que este espacio formó
parte de una red de centros ceremoniales vinculados al mar y al ciclo agrícola,
como parte de un complejo sistema de creencias que articulaba el paisaje
natural con el poder político y religioso.
La reciente habilitación
turística de Peñico forma parte de una política de puesta en valor del
patrimonio arqueológico como motor de desarrollo sostenible en las regiones del
Perú.
El ministro de Cultura, Leslie Urteaga, ha
subrayado que este tipo de iniciativas no solo refuerzan la identidad cultural
de las comunidades locales, sino que también generan oportunidades económicas a
través del turismo cultural, el emprendimiento artesanal y la oferta de
servicios vinculados a la hospitalidad.
La inauguración oficial del
circuito turístico en Peñico contó con la participación de autoridades
nacionales y regionales, además de representantes de la población local,
quienes han sido capacitados para participar activamente en la conservación del
sitio y en la atención a los visitantes.
Esta colaboración
interinstitucional ha sido clave para el éxito del proyecto, que busca integrar
el turismo con la protección del patrimonio y el desarrollo social.
El complejo se incorpora ahora
a la ruta turística del sur peruano, que incluye otros destinos emblemáticos
como las Líneas de Nasca, la Reserva Nacional de Paracas y los museos de ICA,
fortaleciendo así una oferta cultural diversa y de gran atractivo para viajeros
interesados en la historia, la arqueología y las culturas prehispánicas.
Además, el sitio de Pénico
ofrece al visitante una experiencia inmersiva, que combina el contacto con un
entorno natural privilegiado y la exploración de vestigios milenarios
cuidadosamente restaurados.
Desde el sector turístico, se
espera que esta nueva apertura contribuya a dinamizar el flujo de viajeros
hacia la región Ica, ampliando la estadía promedio y diversificando las
actividades disponibles.
Asimismo, se están promoviendo
alianzas con operadores turísticos, universidades y centros de investigación
para continuar estudiando el sitio y enriquecer la interpretación del mismo,
incorporando tecnologías digitales y narrativas participativas que permitan al
público conectar emocionalmente con el pasado.
El caso de Peñico ilustra cómo
el patrimonio arqueológico, gestionado de manera responsable e inclusiva, puede
convertirse en un activo estratégico para el desarrollo local y regional.
Perú, con más de 100.000
sitios arqueológicos identificados, muchos aún inexplorados, reafirma así su
compromiso con la protección de su herencia cultural y con la promoción de un
turismo basado en la autenticidad, la sostenibilidad y el respeto por las raíces
ancestrales.
Ahora, gracias a este impulso patrimonial, el pasado vuelve a cobrar vida para inspirar el futuro del turismo peruano.
*Artículo publicado en la plataforma Tourism and Society Think Tank.
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