Franco
Adam, CEO de ACME Chile, señaló que “es un honor para nosotros destacar y
apoyar a ideas tan innovadoras. Creemos firmemente en la importancia de
encontrar soluciones que contribuyan de manera significativa a la reducción de
la huella de carbono.
Estos
proyectos, basados en harinas de mejillón y boyas fúngicas, demuestran que la
innovación puede ser un motor clave para el cambio climático y la
sostenibilidad. En ACME Chile, estamos comprometidos con liderar iniciativas
que impacten positivamente en nuestro entorno y en el futuro de la industria”.
El
primer lugar se lo llevó el proyecto "Harinas de mejillón de alto valor
nutricional" de Dryer Chile, una empresa de la Región de Los Lagos que
busca solucionar el problema de generación de residuos que existe en la
industria mitilicultora, en específico la carne de mejillón que se descarta,
sin comercializarse, y termina en los vertederos, significando un costo
(económico) para la industria y para el medioambiente.
Se
busca, por tanto, dar valor a este residuo orgánico a través de la generación
de harinas de alto valor nutritivo, aplicando la economía circular.
"Estamos
agradecidos por ser reconocidos con el ´Premio ACME Chile para el Cambio
Climático´. Este concurso nos permitirá avanzar en la puesta en marcha del
proyecto con miras a la validación productiva y posterior escalabilidad de la
solución, donde se busca revalorizar los residuos de carne de mejillón en la
industria Mitilicultora.
Iniciativas
como este premio son un ejemplo para otras compañías para apoyar a empresas que
están buscando innovar con foco en la agregación de valor en distintos sectores
productivos, en especial en temas tan importantes como la sustentabilidad, el
cambio climático y la economía circular", señalan Rodrigo Rubilar, gerente
de operaciones y Boris Sepúlveda, director I+D de Dryer; ganadores del primer
lugar.
Entre
las consideraciones del jurado para elegir al primer lugar, estuvo presente la
urgencia del problema del manejo de residuos de esta industria que afecta
directamente a las comunidades de Chiloé, junto con la afectación de los
ecosistemas terrestres y marinos. También se valoró la consolidación de la
organización dentro del ecosistema, destacando su innovación.
El
segundo lugar lo obtuvo "Baukatech boyas fúngicas" del
startup Biokeikruk de la Región de
Magallanes, que tiene como objetivo abordar la grave problemática de la
contaminación por plásticos en los océanos, incorporando el reino fungi a la
industria de productos del mar a través del diseño e instalación de boyas biodegradables
en los centros de cultivo y otras instalaciones.
Lorenza
Zanoni, CEO de Biokeikruk, comentó que “estas boyas representan un logro
destacado en el campo de la sostenibilidad, ofreciendo una alternativa
ambientalmente consciente para la industria, al tiempo que demuestran cómo la
simbiosis entre la biotecnología y los recursos naturales puede transformar
positivamente nuestro impacto en el medio ambiente”.
El
jurado destacó su carácter emergente, abriendo el campo de la investigación
aplicada del fungi en la sustitución o complementación de plásticos empleados
en diversas operaciones, abriendo una avenida de innovación relevante. A partir
de ello, pueden generarse nuevas oportunidades de soluciones sustentables e
innovadoras.
El
concurso, que fue gestionado por 40c Consultores, cuenta con un monto total de
USD $40.000, fondo que será repartido entre dos proyectos ganadores
seleccionados. El primer premio recibirá USD $25.000, mientras que el segundo
obtendrá USD $15.000.
Cada
una de las propuestas fue sometida a una preselección por parte de un comité
técnico, el cual eligió cinco proyectos que posteriormente fueron evaluados por
un jurado especializado, el cual estaba compuesto por Franco Adam, CEO de ACME
Chile; Daniel Silva, periodista de ciencia, innovación y tecnología de Mega;
Adolfo Alvial, director ejecutivo del Centro de Innovación Acuícola; Anette
Krohn, gerente de Endeavor Patagonia; y Cristián Solís, gerente general del
grupo B2B media, que agrupa a medios de comunicación especializados como Aqua.
En segundo lugar, la implementación se centró en evaluar la viabilidad y escalabilidad de la solución propuesta, abordando detalles como el uso de los recursos del premio, los plazos, los recursos involucrados y la posibilidad de replicación.
Por último, el impacto fue medido en función de dos pilares
fundamentales: la reducción prevista de la huella de carbono gracias a la
solución propuesta y las metodologías utilizadas para medir dicho impacto.
El concurso de Chile se lleva a cabo en paralelo con la versión que realiza ACME Smoked Fish en Estados Unidos y Canadá, llamado “Seafood Industries Climate Award” (SICA, por sus siglas en inglés) y que este año premió tres iniciativas las cuales, están enfocadas en abordan aspectos cruciales como la diversidad, la sostenibilidad en la acuicultura y el desarrollo de productos sostenibles, buscando contribuir a la reducción de la huella de carbono y al impacto positivo en la industria pesquera.
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