Ubicada en el norte de Chile, a 140 Km. de
la ciudad de Iquique, a una hora y media de viaje y a 3.200 metros sobre el
nivel del mar, en la provincia del Tamarugal, Región de Tarapacá. Cuenta con
aproximadamente 30 habitantes y su población pertenece a la etnia Aymara.
El clima de Chusmiza es templado con
lluvias en los meses de diciembre, enero y febrero, por el fenómeno conocido
como el invierno altiplánico y es ideal para la agricultura, que se aprecia en
las terrazas hechas en las laderas de las montañas que rodean el poblado.
Chusmiza pertenece a la comuna de Huara y al llegar, uno se encuentra con bellas quebradas y un paisaje que cautiva con el silencio, la tranquilidad y con la desconexión total de la tecnología pues, la electricidad solo llega de 19:30 a 22:00 horas.
Lo anterior, permite que el turista se
dedique a ver a su alrededor, apreciar el bello paisaje, la tranquilidad, el
silencio y se centre en disfrutar de esta sanadora experiencia.
Entre los alojamientos que existen en
Chusmiza destaca Hostal ALTUS, administrado por Felipe Henríquez Oyarce, que
entre las actividades que ofrece está el trekking al cerro Chapire que con sus
4600 metros de altitud es el telón de fondo del poblado de Chusmiza y desde su
cima se puede apreciar el paisaje altiplánico en su totalidad.
Lo cierto es que, por estar ubicado a 3200
metros, en Chusmiza en la noche hace frío y hay que tener ropa de abrigo, aún
en pleno verano.
Chusmiza ofrece un turismo de bienestar,
porque es un lugar donde se escucha el silencio, que entrega paz, donde el
turista se puede relajar y obtener un bienestar físico, mental y social y el
anfitrión del Hostal Altus, se preocupa de que el cliente tenga un gran momento
de descanso y sus aguas termales se recomiendan para las afecciones óseas, a la
piel y de circulación sanguínea.
Cada habitación del hostal, cuenta con baño privado, armario y ropa de cama y los turistas pueden disfrutar del desayuno en el comedor común e interactuar, con las mascotas del hostal que son una llama y una alpaca que fueron adoptados al ser rechazadas por su manada.
Y si no hay luz, se puede terminar la jornada al lado de una hoguera con una copa de vino en la mano momento en que los huéspedes, puede compartir sus experiencias y apreciar las estrellas que regalan su luz y tranquilidad o bien relajarse en la tinaja de agua caliente en un final perfecto, de un día maravilloso.
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