Pero muy cerca de la isla favorita de los chilenos
que visitan Brasil, está el Valle de la Utopía, una antigua aldea hippie que
ahora recibe a los viajeros en búsqueda de la naturaleza en su estado más puro.
El viaje será breve: a 55 kilómetros de
“Floripa” en ómnibus (el pasaje sale entre 33 y 40 reales por persona) o auto,
por una ruta no muy bien señalizada, se llega a la Playa de Pinheira.
El viaje insume unos 90 minutos, y de allí, adiós a las comodidades de un centro turístico tradicional: ni garaje techado, ni sombrillas, carpas o kioscos; tampoco caminos señalizados hasta la playa.
Del punto de llegada resta una caminata de media hora por hermosos lechos rocosos y playas desiertas, hasta llegar al Valle de la Utopía.El lugar está en un parque nacional (que en Brasil se conoce como Área de Conservación), llamado Parque Estadual Serra do Tabuleiro (PAEST), el mayor del sureño estado de Santa Catarina.
Creado en
1975 con el objetivo de proteger la biodiversidad de la región y las fuentes de
agua dulce que abastecen las ciudades de la Gran Florianópolis y el sur del
estado, el parque ocupa cerca del 1% del territorio de todo el estado de Santa
Catarina.
Entre las playas de Pinheira y Guarda do
Embaú, en la región de Palhoça (fonéticamente palosa), se accede al valle, una
bahía que tiene fama de mística por su paisaje agreste, sus playas
semi-desiertas y la inexistencia de infraestructura para los visitantes.
El Valle de la Utopía cuenta con las
playas de Prainha y Praia do Maço, transparentes y sin construcciones a la
vista. El paseo incluye trekking por las colinas circundantes, vacas pastando,
aves, (enormes) mariposas de colores y el avistaje de otras joyas del litoral
catarinense como las islas de Papagaio, Três Irmãs, Moleques do Sul e Ilha dos
Corais.
Prainha, favorita de los surfistas, es
accesible con una complejidad media, está deshabitada y es pequeña, con unos
200 metros de ancho. Maço, más pequeña, tiene 50 metros de longitud, con una
franja de arena angosta y muy pedregosa. En el paisaje destacan las torres de
piedras que hacen los visitantes.
El "rock balancing" -dicen los locales- es una tradición del lugar, una especie de juego de Jenga pero con piedras, que forma parte de las rutinas de meditación del paraje.
Los chilenos -y otros visitantes del Mercosur- conocen la costa de Santa Catarina tan bien como los propios brasileños, porque Florianópolis y Camboriú son algunos de los destinos dilectos en la temporada veraniega.Pero en contraste con la infraestructura,
animación y multitudes que eventualmente surgen en temporada alta, el Valle de
la Utopía puede ser un refugio perfecto.
Como llegar: Desde Chile existen vuelos diarios hacia el aeropuerto internacional de Florianópolis, algunos directos y otros con escala.
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