jueves, 23 de marzo de 2023

Almacruz: comodidad en el centro de Santiago

 Una de las condiciones para que un hotel sea bien considerado es su ubicación y su conectividad.

Esas dos condiciones las cumple Almacruz Hotel y Centro de Convenciones.

Construido el año 1980, está ubicado en el centro de Santiago, la capital de Chile, en la calle San Antonio 65 a 200 m de la Estación de Metro Santa Lucía y del Cerro Santa Lucía; a 700 m del Palacio de la Moneda y a 1 km del Barrio Lastarria y del Museo de Arte Contemporáneo cumple con los requisitos para que el turista tenga a su disposición lo mejor del centro de la capital.

Con 162 habitaciones, el hotel dispone de un ambiente relajado, decorado con elementos que realza los materiales chilenos, con todos los servicios y comodidades que necesita para una excelente estadía.  

Las habitaciones están equipadas con TV LCD por cable, minibar, escritorio y aire acondicionado, además de bañera, secador de pelo y amenidades. El Wi-Fi es gratuito. Hay suites, con zona de estar independiente. El valor por noche en habitación doble es de $90.000 por persona. 

Las comodidades del establecimiento incluyen gimnasio, computadora a disposición de los huéspedes y salas de reuniones, además de recepción 24h, consigna de equipajes y ofrece servicio de traslados por un costo adicional.  

Además, su ubicación y su conectividad única lo sitúa en una posición equidistante de numerosos servicios, galerías comerciales del centro de Santiago, de centros culturales y de otros puntos de Santiago, permitiéndole al turista desplazarse con tranquilidad durante su estadía en la ciudad.

Un aspecto importante que realza el hotel, es mostrar al visitante parte de la cultura ancestral chilena que, con una asesoría museográfica adecuada, pone en valor piezas arqueológicas de los pueblos originarios de Chile dándole al huésped una visión de la historia de Chile.

Dispone de su propia cava con vinos que vienen de la VI Región, zona viñatera por excelencia y su alianza con el Hotel Santa Cruz, le permite al huésped viajar al valle de Colchagua para descubrir buenos vinos, excelente gastronomía y las tradiciones del valle central de Chile.

Además, realizan tour a la zona de Colchagua con un valor de $130.000 (I.V.A. incluido)  por persona que incluye tour y degustación de vinos. Lo que no incluye, es el almuerzo ya que queda a libre elección del turista. 

Es así como ofrece su propia bodega de vinos para degustaciones tanto de los huéspedes como a personas que hayan organizado una reunión de negocios o hayan ido al hotel a probar los vinos y el hotel tiene al restaurant Make Make, que se especializa en cocina chilena e internacional y el Bar, con decoración de Rapa Nui, dispone de cava, licores y aperitivos.

En el restaurant, el servicio comienza con pan amasado, aceite de oliva y sal de Cáhuil en vez de mantequilla. Todo un acierto.

Luego vienen los platos de aperitivo, ostiones a la parmesana, pejerreyes fritos acompañados de papas fritas cortadas en cuartos y camote presentados de igual manera, rociados con sal de mar, dando una exquisita crocancia y un contraste entre lo salado y lo dulce del camote.

Carnes, verduras todo fresco y presentado adecuadamente para que se abra el apetito y no quede nada en el plato.

Los postres han sido siempre el broche de oro de una comida. Un buen postre, resaltará la satisfacción de los alimentos anteriores. En muchos casos se planean como una agradable sorpresa, pero realmente constituyen también un complemento importante al aporte de nutrientes en la alimentación diaria.

Contienen elementos nutritivos como frutas, leches, huevos y elementos energéticos como azúcares y grasas. Hay postres que se preparan al momento o con anticipación, con el fin de agradar al paladar ya que existen postres en todas las temperaturas y texturas (al tiempo, calientes, fríos, helados y mixtos).

En ese punto, es cuando al menú le falta acercarse más a la cocina tradicional chilena porque el pie de limón, la crema catalana o la tarte tatin, no son precisamente ejemplos de cocina tradicional chilena.

Arroz con leche, ponderaciones, huevos falsos (duraznos con merengue o crema) y un largo etc., pueden sorprender a un huésped que viene del extranjero y que desea conocer nuestra dulce gastronomía. ¿Por qué no aprovechar el exquisito vino de la cava para hacer turrón de vino? ¿o servir una rica sémola con leche con salsa de vino tinto? ¿O repollitos rellenos con manjar? ¿o bien, leche asada, leche nevada, merengón de lúcuma, mote con huesillos?

La variedad de postres chilenos va más allá de servir empolvados de postre que, aunque son ricos, son mejores para la hora del té o para acompañar un café, pero no para terminar una comida.

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