martes, 6 de diciembre de 2022

Restorán Japón: Con sus tiempos, su paciencia, su historia y su ritual.

Yukiyo Saotome
 Se ha definido al patrimonio cultural como la herencia cultural propia del pasado de una comunidad, mantenida hasta la actualidad y que se transmite a las nuevas generaciones que no se limita a monumentos y/o a colecciones de objetos sino que también se incluye a las expresiones culturales  heredadas de los antepasados, como tradiciones orales, artes del espectáculo, usos sociales, rituales, actos festivos, conocimientos, la herencia culinaria  y prácticas relativos a la naturaleza y el universo y saberes y técnicas vinculados a la artesanía tradicional

En su artículo Gastronomía y migración, Larisa Lara Guerrero, expresa que “la gastronomía constituye un símbolo de identidad nacional que produce orgullo, alegría y bienestar. Los aromas, ingredientes y sabores de ciertos platillos desencadenan memorias con la familia y recuerdos gratos con los amigos. Sin lugar a duda, la comida tradicional es una plataforma que yuxtapone sentimientos de nostalgia y de gran júbilo.

Estos sentimientos se intensifican al vivir fuera del país de origen ya que el vivir en el extranjero, tiene un gran impacto en la forma en la que se valora la gastronomía nacional. 

Variedades de 
crema catalana 
Al ser migrante, los platillos del lugar de origen se convierten en un símbolo de identidad, cultura y tradición y para los migrantes, la gastronomía se ha convertido en una razón para mantener y seguir alimentando relaciones sociales y económicas con sus países de procedencia”.

En el caso de los japoneses, abandonar el territorio y las organizaciones de su país para residir en ultramar es dejar de ser japonés. Ello significa que la persona vive en un país extranjero como extranjera y nada los aterra más.  

Hace cuarenta años nació el restorán Japón, dirigido por Masamoto Saotome que lo creó con la finalidad de atender solo a sus compatriotas. Sin embargo, la crisis económica de 1982 y Patricia Vidal lo convencieron de que había mostrarles a los chilenos la gastronomía y la cultura del país del crisantemo y que, luego de cuatro décadas, sigue brillando como en sus primeros días.

Al punto, que se ha convertido en un referente indiscutido de la cocina japonesa siendo galardonado por el gobierno japonés con el premio “Promoción de la Comida Japonesa en el Extranjero”, en reconocimiento a su fiel apego al washoku, es decir, su interés por fomentar las tradiciones y técnicas japonesas para cocinar, lo que forma parte del patrimonio de la humanidad de la Unesco.

A través del Ministerio de Agricultura, Silvicultura y Pesca, la nación asiática, emprendió esta iniciativa hace 15 años encomendando a sus embajadores en el mundo, a seleccionar a los postulantes − cocineros o productores que, con su actividad, promuevan la cultura japonesa de forma excepcional− de los correspondientes países, siendo finalmente un jurado el que determina a los distinguidos.

Esta ceremonia de premiación, fue realizada en la residencia del embajador Shibuya Kazuhisa,

Y al cumplir el restaurante cuarenta años, su hijo Yukiyo, ha tomado el mando con la finalidad, de conservar su tradición milenaria y al mismo tiempo, ampliando su presencia en la capital, abriendo un nuevo local en calle Nueva Costanera que se ha convertido en un importante polo gastronómico.

En un ambiente cálido y sereno y con una capacidad para 100 personas, el nuevo Japón Izakaya Nueva Costanera, cuenta con tres ambientes: una terraza que da a la calle, un salón principal ambientado con una barra tradicional, chefs cocinando a la vista y los ancestrales tatamis y, finalmente, un sector con una puesta en escena con pinceladas de la actual vida citadina japonesa.

Para Guillermo Bertiny, socio y miembro de la familia fundadora, “los japoneses que asisten a este local, vienen buscando los sabores de su país y los que no lo son, encuentran una experiencia única que les entrega sabores equilibrados y no saturados con algún tipo de salsa”.

En cuanto a la carta, esta se compone con platos que vienen tanto de su cocina tradicional, con raíces firmes en su milenaria cultura como los de influencia callejera como el karaage y el kushiyaki.

La oferta consiste en apetizers calientes y fríos, tempura, preparaciones con udon, nigiri, sashimi, temaki, rolls vegetarianos, una selección de platos en base a pescados, bolitas de arroz y palitos de verduras.

Entre ellos están los pejerreyes Furai, pejerreyes apanados en panko, acompañados en salsa tonkatsu ($9.900); Namban Maki, arrolladitos de carne asada rellenos con cebollín y setas ($14.200); Edamane, poroto verde de soya en su vaina aliñadas con sal de mar ($5.900); Agedashi Tofu, tofu frito con salsa tempura coronado con cebollín y nori ($5.900); el delicioso Takoyaki, bolitas de pulpo aliñadas al estilo Kansai ($8.900).

Un plato destacado es el Shasimi grande mixto que se destaca por sus cortes finos que destacan el sabor y la textura de los pescados servidos ($14.900) y se compone, de 15 cortes de pescados y mariscos crudos como atún, salmón, pulpo, centolla, calamar, erizo, albacora o camarón y pescados blancos (según disponibilidad del día).

Y como a una buena comida no le puede faltar un buen postre, en la carta aparece Ice Mochi, que son  masas de arroz rellenas con helado y tres variedades de crema catalana: clásica, te verde y sésamo

Japón Izakaya Nueva Costanera, está en Av. Nueva Costanera 3835, Vitacura. Reservas: (02) 2906 3887. Horario de atención de lunes a sábado, de 12:00 a 23:00 horas, continuado; feriados renunciables estará abierto. 

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