El origen de esta costumbre anglosajona se remonta a las antiguas celebraciones celtas.
Se dice que Halloween comenzó hace más de 2.000 años cuando el 1 de noviembre se celebraba Samhain, el día de Año Nuevo celta y en la cual encendían hogueras y hacían ofrendas en comida, con el fin de protegerse de los espíritus de las personas que habían fallecido el año anterior.
También se disfrazaban para que los muertos no los reconocieran.
En el siglo VII, esta festividad se transformó en el Día de Todos los Santos, cuando la Iglesia eliminó las fiestas paganas. Sin embargo, la noche anterior se siguió celebrando con hogueras, disfraces y desfiles bajo el nombre de Víspera de Todos los Santos (All Hallow's Eve en inglés), frase que con el tiempo derivó en “Halloween”.
Los inmigrantes europeos llevaron la costumbre a Estados Unidos. Donde se popularizó después de la Segunda Guerra Mundial, cuando terminó el racionamiento impuesto por el conflicto bélico y los dulces volvieron a las tiendas.
Fue en los años ‘50 que la fiesta se transformó en lo que conocemos hoy, disfraces fabricados en serie y dulces industriales temáticos.Halloween llegó a nuestro país Chile a través de la embajada norteamericana a fines de 1979, cuando los funcionarios estadounidenses lo celebraron por primera vez en un hotel capitalino.
Pero, no fue adoptada por la sociedad chilena hasta hace muy pocos años. Cuando la celebración pagana se convirtió en una fiesta en que golosinas y disfraces son los protagonistas. De hogueras, espíritus ya no queda mucho. Es una ocasión para jugar y divertirse.
¿Dulces o tortas?
Festejar un Halloween dulce con galletas, pasteles y tortas no es algo nuevo: En la Inglaterra del siglo XVI era usual dar, en el Día de Todos los Santos, a los niños pasteles con cruces encima llamados "pasteles de almas" a cambio de que rezaran en nombre de la persona que se los regaló.
En ese contexto la invitación que hace para este fin de semana, la pastelería Ñancupil & Sanhueza no está alejado de los orígenes históricos. Lo novedoso es que su propuesta nace con la intención de evitar que los niños consuman tanto dulce y alimentos ultraprocesados en esta fecha, apuntando a entregar una alternativa más natural.
Así calabazas, fantasmas, tumbas y murciélagos dan forma a unas deliciosas galletas caseras de miel con azúcar rubia, elaboradas especialmente sin preservantes para mantener su carácter natural (bolsa surtida de 250 grs., $3.500 c/u).
“Llevamos días preparando esta dulce propuesta con figuras de terror. Todo con el fin de hacer una celebración familiar con el sabor casero que nos caracteriza y cuidando a nuestros niños de una ingesta desmedida de azúcar”, comenta Jasna Sanhueza, dueña y pastelera de Ñancupil & Sanhueza.
Para complementar esta línea especial de productos y poder armar una atractivo mesón para Halloween ofrecen sus tradicionales tortas con una espeluznante decoración.
Por ejemplo, encontramos la de milhojas manjar con una telaraña gigante, la de trufa con unos temibles fantasmas o la de manjar-nuez con unos ojos locos, estos novedosos diseños se pueden hacer en cualquiera de sus tortas (mil hojas cuadrada, $28.500, 15 personas; trufa o manjar-nuez redonda, $30.000).
Hay que recordar que tanto la masa como los insumos de todas las preparaciones de Ñancupil & Sanhueza son totalmente artesanales y el relleno abunda en todas sus opciones.
Con esta dulce propuesta se demuestra que se puede salir de la rutina y, en vez de regalar golosinas, puedes invitar a comer galletas y tortas de miedo.
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