La historia se remonta hace 13 años, cuando la
inserción de cepas italianas en Chile, y especialmente en Colchagua, comienza
como una audaz e intrépida idea la de ampliar y mejorar su oferta de vinos de
alta calidad.
Así, la viña lidera la importación de 27 clones de 17
variedades de uvas viníferas originarias de Italia, todas provenientes del
prestigioso Vivai Cooperativi Rauscedo.
Un verdadero hito que se pudo concretar gracias a la perseverancia del equipo enológico de esa época, seleccionando las mejores cepas de acuerdo a su adaptabilidad a los terroirs de Colchagua.
Proyecto que luego se potencia con la llegada de la
enóloga Johana Pereira y del enólogo italiano Attilio Pagli, enfocándose en las
privilegiadas zonas donde la bodega familiar tiene presencia a través de sus
extensiones de viñedos como son las zonas de Palmilla, Marchigüe y Paredones.
Con la introducción de estas cepas italianas, Estampa hace eco a uno de sus pilares esenciales, la INNOVACIÓN, y bajo este importante fundamento junto con una mirada de futuro, es que logran traer al país las variedades de Nebbiolo, Sangiovese, Pinot Noir, Montepulciano, Carmenere, Aglianico, Barbera,Vermentino, Fiano, Greco di Tufo, Garganega, Pinot Grigio, Refosco, Teroldego, Traminer, Verduzzo Friulano y Corvina Veronese.
De estas, Nebbiolo y Sangiovese fueron puestas sobre
injerto, proyecto que, para la cosecha de 2017, entregó una pequeña pero
interesante producción. A partir de ahí, se reprodujo material in vitro y en
vivero para que ese mismo año plantar una hectárea con Aglianico, Sangiovese,
Carmenere, Montepulciano, Nebbiolo, Teroldego y Refosco.
Todo ello, además de contar con un bloque de “plantas
madre” en Marchigüe y en Paredones desde donde han obtenido material diverso
para su propagación en sus propios viñedos.
Pilares que se conjugan en esta exclusiva colección, compuesta
por producciones acotadas y experimentales, siempre ligadas al sello de la viña
familiar enfocado en crear vinos de ensamblaje y también, a su especial gusto
por el arte.
Buscando esta inspiración artística es que nace esta línea a la cual dan vida once vinos, y cada uno, lleva plasmada en su etiqueta un particular diseño creado en base a las obras de connotados artistas chilenos, recopiladas gracias al reconocido “arte en barricas”, celebración de Viña Estampa que en cada una de sus versiones, ha reunido a autores nacionales y colchagüinos, con la idea de coronar las diferentes festividades de vendimia en Colchagua, como un verdadero homenaje a la nueva cosecha.
Una producción limitada elaborada con variedades italianas, y también incluye variedades no tradicionales.
El ADN del Valle de Colchagua está plasmado en cada uno de estos vinos, apreciado por sus connotadas Denominaciones de Origen: Paredones y Marchigüe.
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