miércoles, 13 de abril de 2022

Cinco concejos que conviene saber antes de viajar a Brasil

1.- Adaptadores y electricidad, ¿110 ó 220?

Los adaptadores para los agujeritos de los enchufes son indispensables para cualquier viajero a un destino internacional, pero en Brasil hay una complicación adicional: no existe un patrón único de voltaje para todo el país, ya que en algunos estados es de 110V y en otros de 220.

 La solución es viajar con aparatos de doble voltaje o en su defecto, consultar qué voltaje es el usual según el destino. 

2.- Cuál es la APP de traslados más conveniente.  

Uber es la más usada, y ofrece la mejor combinación entre tarifa, seguridad y disponibilidad, además de servicios comunes y premium. Conviene tener una alternativa porque el aumento de los combustibles influye sobre la oferta en horarios de mayor demanda o para recorridos más largos.

3.- Comidas 

Nunca está de más recordar que en Brasil las personas suelen cenar temprano; algunos viajeros de países más noctámbulos, pasan el día de paseo y prevén cenar bien entrada la noche, lo que les reduce las opciones. 

En esos casos, les conviene una búsqueda previa de restaurantes para trasnochadores, que suelen ser clásicos conocidos en las grandes ciudades. 

Para evitar complicaciones, lo recomendable es salir a cenar no más tarde de las 19 horas. 

Los restaurantes a kilo -desde los más populares hasta los que ofrecen platos muy sofisticados- son una excelente opción para quienes buscan precio-calidad, pero conviene llegar temprano para no tener que conformarse con las sobras que dejaron los comensales más puntuales. 

4.- Palabras controvertidas

Las diferencias de idioma son una fuente inagotable de equívocos para cualquier turista, sobre todo por la similitud que existe entre el español y el portugués. 

Por ejemplo, la palabra propina, común a toda Hispanoamérica, existe en el portugués de Brasil, pero tiene una connotación negativa; allí significa soborno, coima, por eso mejor usar la expresión portuguesa “gorjeta”. 

Otra expresión que conviene evitar es “exquisito” como halago, ya que en Brasil la misma palabra identifica a una persona, objeto o situación raro, algo feo, sospechoso o inconveniente.

Y, cuando queremos pedir que alguien nos espere un rato, entramos en una confusión: “rato” significa ratón en portugués, por lo que es mejor recurrir a un adverbio, por caso “espere un poco” o más bien, “espere um pouco”. 

5.- ¿Asado o churrasco? 

Los brasileños son tan fanáticos de la carne cocida a la parrilla como cualquiera de sus vecinos suramericanos, pero a su manera: en las reuniones caseras, la carne se corta en pedazos chicos, se asa en brochettes y se va comiendo de a poco pero, durante tandas repetidas, sin mucho protocolo, con los acompañamientos servidos en forma de buffet. 

Quienes prefieren comer carne sentados a la mesa, un corte único, con vino, tienen -en cambio- opciones de restaurantes de parrilla argentina, donde los protocolos para el servicio se asemejan más a los del país vecino. 

Para mantenerse al tanto de los increíbles destinos en Brasil, síganos en las redes sociales: www.embratur.com.br

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