Su oficio también guarda mucha relación con la
fantasía y la imaginación: Astudillo se define como un carpintero autodidacta y
desde hace 25 años se dedica, en el sector El Llano de la comuna de Putaendo,
Región de Valparaíso, a la fabricación de marionetas de madera.
Con sus manos da forma a cebras, jirafas,
elefantes, llamas, gorilas, perros, vacas, cuervos y al inconfundible Pinocho,
“para todos quienes tienen alma de niños”.
En una tarea silenciosa y solitaria, este creador
conecta sus manos con la madera en un taller que se adjudicó el año pasado a
través del Instituto de Desarrollo Agropecuario (INDAP), servicio del cual es
usuario a través del Programa de Desarrollo Local (Prodesal) de San Felipe, ya
que también se dedica a la apicultura, a la agricultura de autoconsumo –cultiva
habas, arvejas y cebollines, entre otros productos– y, desde hace poco, a la
crianza de gallinas kolloncas.
“Desde cabro que tenía este pasatiempo. Me gustaba
hacer caballos, columpios y camiones de madera, hasta que aparecieron los
juguetes de plástico, que eran más novedosos, de lindos colores y mucho más
baratos y se fueron comiendo a la madera.
Me fui quedando sin poder hacer mi trabajo, hasta que
un amigo que vino de Francia, a mediados de los años 90, vio mi taller y me
sugirió que hiciera marionetas. Le hice caso y en eso estoy hasta el día de
hoy”, cuenta.
A Putaendo llegó en 2004, luego escuchar que era “el
pueblo más lento de Chile”. Viajó a conocer y al poco tiempo se instaló. Desde
ahí cada año sale con sus creaciones a recorrer las ferias a las que lo
invitan.
Producto de la pandemia, los últimos dos años prácticamente tuvo “cero actividad”, pero este mes ha podido volver a las pistas: los primeros días de este mes participó en la Muestra de Artesanía UC y hasta este jueves 24 está en la tradicional Feria Navideña de la Plaza Ñuñoa.
Para Gerardo, esta época de Navidad le alegra la vida
y también es la mejor para la comercialización de sus marionetas: “con lo que
gano en estas fechas puedo vivir gran parte del año, y además me produce una
gran satisfacción que los niños y adultos se maravillen con lo que hago, se
lleven mis juguetes a sus casas y puedan dejar de lado sus teléfonos y aparatos
tecnológicos para hacer volar su imaginación. Siento que eso es un aporte que
estoy haciendo”.
“Otra cosa maravillosa que me ha pasado –dice– es que
hay muchas tías de jardines infantiles que han adquirido mis juguetes para
usarlos como material de apoyo para el aprendizaje de los niños”.
Según el “Gero”, lo mejor que le ha pasado con su oficio es que “he podido encontrarme conmigo mismo y he logrado sueños que tenía de cabro. Tengo mi taller de marionetas, vivo con mis abejas, he podido viajar harto y he conocido mucha gente y muchos artesanos con los que tenemos una gran hermandad”. Teléfono: +56 9 8383 6894 Correo: gerardoastudillo@yahoo.es
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