Un desafío que los motiva y que los ha llevado incluso
a organizarse de mejor manera.
“Yo creo que es el motor de la comuna, el
corazón de la comuna de San Pedro es la Frutilla” con esa intensidad describe
César Pavez, productor de frutillas, al fruto que los llena de vida a través de
generaciones. Más aún si se trata de poder diferenciarla y agregarle cada vez
más valor.
Eso es precisamente lo que se busca a través del
programa impulsado por el Sercotec para lograr el Sello de Origen que otorga
Inapi (Instituto Nacional de Propiedad Industrial) en nuestro país y así
proteger a los productos tradicionales o singulares de Chile y que están
relacionados con un lugar determinado.
"Nuestro
objetivo es acompañar a todos los productores agrícolas en su camino para
obtener el reconocimiento que amerita su esfuerzo y dedicación. Queremos
optimizar este trabajo y potenciar sus competencias para sumar valor a sus
productos y aprovechar al máximo su producción" enfatiza Olga Catenacci, directora
del Sercotec.
La Tuna de Til Til, la Frutilla de San Pedro y la Miel
de Alhué son los tres productos que forman parte de este programa y que
están en el proceso de poder obtener este sello de origen que depende mucho de
la alta identidad local o sus características de producción.
“Las posibilidades de diferenciar el producto y
posicionarlo en el mercado permite una mejor comercialización o permite una
comercialización más informada por parte de los consumidores, aquellos que
tienen conocimiento o valoración de estos atributos probablemente sean más
proclive a preferir el consumo de esos productos en vez de otros similares que
no tienen ninguna diferenciación” explica Fredy León de Innovacción Chile la
consultora a cargo de llevar a cabo el proceso junto a las comunidades
productoras.
“Es el sabor que le da la flor nativa, es una de las
mejores mieles de la zona central de Chile” asegura Ángel Videla Bello,
Apicultor y Guía Ecoturismo Arriero del sector de Alhué en la provincia de
Melipilla. Lo que se está gestionando ahora es la indicación geográfica que
permite usar el nombre local tal cual.
De color ámbar oscuro, composición botánica con
especies endémicas del país (peumo, quillay, boldo) y alta cantidad de sales
minerales la hacen un producto único.
Alhué es una cuenca muy cerrada rodeada de un cordón
montañoso de la Cordillera de la Costa, allí está el bosque esclerófilo que es
característico de la zona mediterránea de nuestro país.
“Esto viene de años atrás, los abuelos, los
tatarabuelos ya tenían colmenas acá, colmenas rústicas, cuentan algunas
personas antiguas que se sacaban en carretas los barriles y se cosechaba mucha
miel, hoy día sabemos por qué” comenta Aníbal Palma, presidente de la
Asociación Con Conciencia de Alhué.
Dulzura de San Pedro / Dulce y fresca de Til Til
En el caso de las frutillas de San Pedro de Melipilla
se está buscando una marca de certificación llamada “Dulzura de San Pedro”
donde el municipio es el titular de derecho en la solicitud que se le hace a
Inapi, un trámite que está bastante avanzado y donde también ha sido importante
organizar a los productores.
“Partió como una empresa familiar agrícola, pequeña, y
ahí fuimos creciendo, ahora ya tenemos un total de 60 hectáreas de producción”
explica César Pavéz sobre su negocio que con los años ha ido creciendo.
Algo similar a lo que ocurre con las tunas de Til Til donde lograr la organización de los productores ha sido fundamental y son ellos quienes como Asociación aparecen como titular de derecho sobre “Dulce y fresca de Til Til”.
“Es 100 por ciento orgánica, no se necesita
manipulación genética de ningún tipo para producirla, al procesar el fruto y
sacar un jugo de esta fruta no necesita azúcares añadidas para obtener un buen
sabor” comenta Manuel López, productor de tunas de la zona.
Lograr el Sello de Origen sólo se transforma en
un paso para un nuevo desafío. Es importante que tras lograrlo los productores
de estas tunas, frutillas y miel sigan un camino de crecimiento de su negocio.
Al respecto Fredy León de Innovacción Chile a cargo
del trabajo directo con las comunidades productoras es enfático en destacar que
el esfuerzo debe seguir.
“Si obtienes los sellos (que en eso estamos) y siguen
haciendo las mismas prácticas para vender su producto no les va a servir de
nada el sello, entonces la tarea que se viene posteriormente es hacer un
proceso que diferencie el producto e informar de eso al consumidor”.
Para esto trabajar una estrategia de marketing de
diferenciación, buscar distintos canales de venta, llegar más informadamente a
los consumidores y hacer difusión es fundamental para destacar los atributos
que tienen estos productos.
Proyecciones importantes para estos productores de dulces frutas, mieles superiores en sabor y propiedades únicas que merecen poder potenciar su negocio, crear cadenas de valor y nuevos modelos empresariales que permitan hacer que los productos tradicionales de estas zonas sean más competitivos y estén mejor protegidos frente a la competencia desleal.
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