Se trata de una certificación de productos veganos,
por intermedio de la cual LIAF Control evalúa la conformidad del origen de las
materias primas, aditivos y coadyuvantes utilizados en la elaboración de los
vinos para verificar que los mismos no provengan de origen animal o derivados
de animales.
En este sentido, Martín Kaiser, Viticultor de Bodega
Doña Paula, comenta: “Las proteínas de origen animal son reemplazadas en los
vinos veganos por arcillas como la bentonita o placas de celulosa, que cumplen
con la misma misión de filtrar los vinos”. Agrega: “No usamos animales para
trabajar la tierra ni en ninguna otra etapa de la producción del vino”.
A partir de este certificado, la bodega podrá exhibir
los sellos en sus etiquetas para que el consumidor pueda identificar un vino
vegano certificado de otro que no lo es, como así también, garantizar una
compra segura de vinos veganos.
De esta manera, Doña Paula refuerza su filosofía de
continuar elaborando vinos con un criterio de sustentabilidad a través de un
modelo de gestión que promueve el respeto por las personas, la comunidad y el
medio ambiente y destaca su cumplimiento con los procesos de elaboración de
todas sus líneas bajo las estrictas normas establecidas por el organismo.
Un dato a resaltar es que la elaboración de vinos
veganos, no implica ningún cambio respecto de la elaboración tradicional, salvo
el no uso de insumos de origen animal, por lo tanto, no hay ningún cambio a
nivel organoléptico en los vinos, lo que garantiza el respeto por el terroir.
“Existe a nivel mundial una demanda creciente de vinos
cuyos procesos productivos son conscientes con respecto al planeta y a la
explotación animal en la que todos los vinos se encuentran certificados”,
indica Kaiser.
Los vinos de Bodega Doña Paula son elaborados con uvas
provenientes de viñedos propios ubicados en Luján de Cuyo y Valle de Uco, una
de las regiones más altas del mundo, que cuenta con clima seco y con lluvias
esporádicas durante el año.
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