Así lo demuestra un estudio de la Universidad de la
Frontera (UFRO) en el cual participaron 700 personas de 18 a 62 años y que
reveló que el 59,9% de los encuestados consumía comida chatarra y frita por lo
menos dos veces a la semana.
El largo tiempo de estadía en los hogares provoca
cambios en la rutina diaria, el miedo e incertidumbre se convierten en una
constante amenaza a la salud mental, afectando también a la capacidad de
desenvolverse en la vida cotidiana, en la confianza y tranquilidad del día a
día. Esto a su vez, implica un aumento del estrés y ansiedad.
Elizabeth Luna, Nutricionista de Sodexo, empresa de
Servicios de Calidad de Vida, dice que esto se asocia a un mayor deseo de
consumir alimentos de baja calidad nutricional, cuyas principales
características son su alto contenido de azúcares, grasas saturadas, sodio, así
como un bajo aporte en micronutrientes y fibra dietética.
Por lo tanto, para revertir esta necesidad, asegura
que sí se pueden preparar comidas saludables rápidamente y sin complicaciones y
que lo importante es contar con una cocina bien equipada. “Es decir, tener
siempre algunos ingredientes básicos en la despensa, refrigerador y congelador.
Así, puedes ahorrar tiempo y preocupación cuando no puedes ir al supermercado y
al mismo tiempo evitar la comida chatarra”.
Cuando no tienes a mano frutas y verduras frescas
suficientes, Elizabeth dice que una muy buena idea es seleccionar proteínas y
verduras enlatadas o congeladas como choclo, zanahoria, porotos verdes, zapallo
y tomates para acompañar al arroz, pasta o para incluirlos en salsas.
“De los ingredientes de larga vida para cocinar, debes
considerar opciones de bajo contenido en sodio que no te harán subir la presión
arterial, una excelente opción para disminuir el contenido de sal que contienen
los alimentos enlatados es lavarlos antes de consumirlos”, explica la profesional
de Sodexo.
“Otros alimentos que debes tener en tu despensa son
cereales como pasta integral, arroz y quínoa, o bien, granos secos como porotos
y garbanzos. Estos últimos, son alimentos que se caracterizan por tener un alto
contenido de proteínas, altos en fibra lo que es fundamental para una adecuada
digestión, reduciendo el colesterol y aportando saciedad.
También, puedes usar frutas secas, como
naranjas, piñas, pasas y dátiles, estos tipos de alimentos al tener un alto
contenido de carbohidratos y fructosa son una excelente fuente de energía,
además favorecen el control del apetito por su contenido de fibra. En el caso
de los dátiles son especialmente útiles para reemplazar azúcar refinada y
endulzar las preparaciones de forma más natural. Por lo tanto, con este fruto
se puede endulzar barras de avenas, trufas, brownie, o bien, comerlo
simplemente como un snack”, señala Elizabeth.
La mayoría de los alimentos frescos como verduras y
frutas se pueden conservar en buenas condiciones durante 6 o 7 días en el refrigerador.
Por ello, la experta recomienda además tener estos
alimentos en el congelador, “se puede congelar brócoli, coliflor, espinacas y
zapallo, que son acompañamientos y complementos fáciles”.
Para los vegetales se recomienda utilizar el
blanqueado o escaldado, proceso que consiste en una cocción breve, generalmente
3 minutos y posteriormente su inmersión en agua fría por la misma cantidad de
tiempo que estuvo en cocción, este proceso tiene la finalidad de mantener las
características organolépticas.
Existen algunas recomendaciones para alargar la
vida útil de los alimentos, por ejemplo, el cilantro o perejil, hierbas muy
utilizadas en las comidas, se recomienda eliminar las hojas marchitas y
amarillas, luego lavar y secar, posteriormente cortar el tallo, poner
toalla de papel en un recipiente hermético, tapar y finalmente guardar en el
refrigerador, esto permite mantener las propiedades organolépticas de los
alimentos por más tiempo.
Elizabeth comenta que a través de la cuenta
Instagram @equilibratesodexocl, pueden conocer más acerca de este
tipo de recomendaciones.
En el caso de las frutas congeladas, especifica
que no tengan azúcar añadida, y pueden complementarse con cereales, yogurt y
batidos. De los lácteos, recomienda congelar bajos en grasas/descremados, como
leche, yogurt y queso.
“En el caso de las carnes congeladas, lo ideal es
tener filetes de pescado, pechugas de pollo sin piel o cortes de vacuno bajos
en grasa tales como, lomo liso, punta ganso o posta rosada. Lo importante es
acostumbrarse a comparar las etiquetas de información nutricional. Elegir los
productos con bajo contenido de sodio, es decir 140mg de sodio por porción, o
bien, muy bajo en sodio, 35 mg de sodio por porción, azúcares añadidos, grasas
saturadas y grasas trans”, concluye la nutricionista.
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