Sin duda a todos nos apasiona el chocolate en sus diferentes formas, sin embargo, desde hace dos décadas, el sabor del chocolate se ve amenazado por diferentes causas.
Los desafíos para satisfacer la creciente demanda de chocolate en los mercados consumidores como Norteamérica, Asia y Europa son abrumadores. El cacao se cultiva en plantaciones que se concentran en un pequeño número de países en vías de desarrollo de África, Asia, América Central y Sudamérica.
La producción está fragmentada en una multitud de
pequeñas plantaciones familiares, cuyos propietarios suelen ganar lo justo para
subsistir. La situación de los cultivadores de cacao, la disparidad en la
distribución del valor a través de la cadena de suministro y el desequilibrio
entre la oferta y la demanda plantean serios desafíos para a industria
chocolatera.
Los principales problemas que se observan en la cadena
de suministro de cacao en los últimos 30 años están relacionados con la falta
de ingresos de los agricultores.
El 79% de los beneficios van a los comerciantes y
fabricantes de chocolate, el 15% son impuestos pagados por los fabricantes de
chocolate a los países productores, y sólo el 6% va a los agricultores.
A pesar de que
los árboles de cacao pueden producir hasta 2.000 kg de granos de cacao por
hectárea al año, las plantaciones son habitualmente, pequeñas, de propiedad
familiar, y producen un promedio de 500 kg por hectárea.
Cada día, los agricultores deben enfrentarse a grandes
desafíos como plagas, árboles enfermos, cambios climáticos, etc. Muchos de
ellos también carecen de formación básica relativa a las modernas técnicas de
cultivo y gestión de las cosechas.
Frente a este escenario nace Cacao Trace, la
iniciativa sustentable de Puratos, que realiza una trazabilidad exacta desde el
cultivo hasta la barra de chocolate, asegurando una mejora en la vida de los
agricultores y un pago justo.
Actualmente el programa trabaja con 8.000 agricultores
en seis países: Papua Nueva Guinea, Vietnam, Filipinas, Côte d’Ivoire, Uganda y
México. El énfasis del programa en la calidad, la educación y la
capacitación permite a los agricultores mejorar sus habilidades para ser aún
más productivos y sostenibles.
“Para aumentar el valor del cacao, invertimos en
centros postcosecha cercanos a las comunidades productoras de cacao, donde
nuestros expertos supervisan y mejoran los procesos de fermentación, aumentando
significativamente la calidad de los granos de cacao. De esta forma se
garantiza que el chocolate final tenga siempre un sabor excepcional”, señala
Emily Van Wassenhove, product manager chocolate de Puratos Chile.
“Estamos muy contentos con esta iniciativa ya que nos
sumamos a un programa que abarca todo el ciclo de producción del cacao con:
capacitaciones, precios justos, diversificación de la producción y cuidado por
el entorno. A esto se suma que por cada kilo de chocolate Cacao Trace vendido,
se recaudan 11 USD aprox, que se reparten todos los años como un bono para los
agricultores”, señala Van Wassenhove.
Puratos tiene como objetivo incentivar al menos al 50% de sus clientes a cambiar a las soluciones de chocolate Cacao Trace para 2025. Además, están buscando establecer dos nuevos centros de postcosecha en las regiones productoras de cacao anualmente, logrando así aumentar considerablemente el número de agricultores que apoyan.
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