Se dice que, arrepentido de haber vendido a Jesús por
un puñado de monedas de plata, se retiró a vivir al campo. Allí murió,
derramando su sangre en una tierra inhóspita, con viñedos secos por las pestes,
la cual de manera milagrosa se volvió fértil.
Desde entonces y de ese lugar
nacieron los vinos que hoy se conocen como Sangue di Giuda o Sangre de Judas.
Este Sangue di Giuda, de Modavin, es de los
pocos que existen en el Cono Sur y el único, presente en el territorio
nacional.
La mano responsable de traer esta etiqueta inédita es
Monteverdi, una nueva importadora y comercializadora de espumantes y frizzantes
premium, la cual selecciona a cada una de sus marcas por sus atributos únicos.
Uno de ellas es Modavin, una exclusiva y pequeña
bodega de la provincia de Cremona en Lombardía, con casi cien años de
tradición, en la producción vitivinícola y con una amplia experiencia en
la elaboración de vinos espumantes.
De hecho, cuenta con dos sellos. Uno es el de
Denominación de Origen Controlada (D.O.C), que resguarda la calidad y la
tipicidad de las uvas. El segundo es el Cuvée, que indica las mejores
producciones de bodegas. Ambos dan una certeza absoluta a los consumidores
de la calidad y el origen de las etiquetas de esta vinícola.
Modavin Sangue di Giuda se destaca por ser un
frizzante o vino aguja de color carmesí, el cual tiene una pequeña cantidad de
CO2 procedente de una única fermentación (a diferencia de los espumantes).
Está elaborado con las mejores uvas barbera y croatina
de la región de Oltrepò Pavese. En boca es frutal y fresco, además tiene un
pequeño toque dulce que le otorga intensidad y delicadeza, y que lo hace fácil
de beber.
De buen cuerpo, burbujas pequeñas continuas y un
buque abocado, este vino de aguja se recomienda servir a una temperatura
entre 6 y 8°C.
¿El maridaje? La recomendación para un Modavin
Sangue di Giuda va de lo salado a lo dulce.
Los quesos de pasta dura, tales como el parmesano,
reggianito, un cheddar, el emmental o un grana padano, son una excelente
alternativa para este frizzante tinto único en Chile.
También se puede revivir clásicos “piatti italiano”, al
consumirse con pizza –ojalá la que incluya anchoas-, o pastas y lasagnas con
salsa pomodoro o boloñesa.
Una gran experiencia se puede experimentar si pasamos
al mundo de las tortas, pasteles y ensaladas de frutas. Una excelente
alternativa es probarlo acompañado de un tradicional postre italiano, como lo
es el zabaione o sabayón.
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