La primera comida del día mejora nuestro estado de
ánimo y debido a los nutrientes y minerales que aporta, hace que estemos más
saludables, evitando el contagio de enfermedades.
Llegó diciembre y muchos de los estudiantes tendrán
que mostrar todas sus habilidades en las pruebas de fin de año. Tener hábitos
de estudio es clave para conseguir el éxito en estas evaluaciones, sin embargo,
hay acciones cotidianas que pueden influir directamente en el rendimiento
escolar, una de ellas es tomar desayuno.
La Universidad de Leeds (Reino Unido) realizó una
investigación sobre la importancia de cada comida en el rendimiento escolar de
294 alumnos.
El análisis reveló que el 47% de los estudiantes tomaba
desayuno rara vez, o simplemente se saltaba esta comida, obtenía peor
rendimiento en el Certificado de Educación Secundaria (GCSE) –conjunto de
pruebas para entrar a la universidad que se realiza en este país-, que los que
sí se daban el tiempo de incluir esta comida en su jornada, correspondiente al
53% restante.

Al respecto, la nutricionista de ISS Chile, Bianca
Mira, aseguró que un desayuno debe incluir porciones equilibradas de lácteos,
frutas y carbohidratos que, idealmente, tengan un aporte de fibra: “La
combinación correcta de alimentos, hará que el cuerpo absorba estos nutrientes,
vitaminas y minerales, además de generar la glucosa, la que es clave para el
rendimiento de adultos y niños”.
Además, Mira considera que es clave hacerse el tiempo
para esta comida, aunque signifique disminuir en un par de minutos las horas de
sueño, ya que mejora nuestro estado de ánimo, lo que conlleva a que seamos más
productivos en nuestras jornadas laborales o, en el caso de los más jóvenes,
tener mejor rendimiento escolar o universitario.
También que la ingesta de nutrientes y minerales, a
primera hora en la mañana, consigue que nuestro organismo sea menos propenso a
contraer resfríos o enfermedades.
Sobre cuáles son las recomendaciones para tener un
desayuno equilibrado, la especialista considera que estos tres pasos son
fundamentales a la hora de decidir qué comer:
1. Incluir cereales y semillas: Chía,
linaza, salvado de trigo, avena o cereales que incluyan estos productos, son
algunas de las opciones que se recomiendan para evitar el estreñimiento y
conseguir una mayor sensación de saciedad. De esta manera no tendremos hambre
hasta nuestra próxima comida y empezaremos la jornada con ánimo.
2. Evitar jugos y preferir fruta picada o
entera: Un vaso de jugo de naranja considera al menos tres de estas frutas
enteras, lo que equivale al total diario que deberíamos consumir, por lo mismo
se recomienda picar la fruta o consumirla entera y así evitar pasarnos de la
porción.
3. Acompañar siempre la comida con al menos un vaso de
agua: Si bien puede ser lógico, ya que la mayoría de las personas toma
agua al despertar, el hecho de tomar agua mientras desayunamos ayuda en el
sistema digestivo y además hidrata nuestro cuerpo luego de las horas de sueño.
Se recomienda consumir 6-8 vasos al día como mínimo.
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