Un tubo de PVC, una plancha
metálica, dos cuerpos y una vibración sonora que lo atraviesa todo. En TIBIA,
lo que parece inerte cobra vida y lo vivo se transforma en huella. La nueva
obra de Cristian Reyes Montes y Cristóbal B. Corvalán propone un
dispositivo escénico en constante mutación, donde materiales y presencias
conviven en un estado de tensión, desaparición y aparición permanente.
“TIBIA es una práctica
performativa que construye su lenguaje a través de la danza contemporánea. Se
expone un dispositivo que propone una creación en vivo, donde el cuerpo
interactúa con diversas materialidades para construir y fracturar un imaginario
en transformación”, explican sus creadores.
La experiencia incluye
materialidades que resaltan: tubos, placas metálicas y un paisaje sonoro que se
construye en la interacción con los cuerpos.
Los elementos no actúan como
escenografía ni como objetos externos, sino como agentes activos en una
coreografía expandida. “El dispositivo es abierto, indeterminado y
proliferante. Su fuerza radica en esa fluctuación constante entre formas, roles
y presencias”, agregan.
Uno de los principios que
articulan la pieza es el accidente. Lejos de ser un imprevisto, se convierte en
motor de acción, metodología y estímulo creativo.
“El accidente (real)nos invitó
a habitar la incertidumbre, a exponernos al no saber qué va a pasar. Ese
riesgo, esa falta de control, abrió la posibilidad de que algo realmente
acontezca”, señalan. En esa exposición sin garantía, los cuerpos se accidentan,
se alteran, y los objetos se desbordan de sus usos previstos.
El proyecto comenzó en 2022,
en el marco del ciclo Proximidades Expositivas (Buenos Aires), con un
solo interpretado por Cristian Reyes bajo la dirección de Cristóbal B.
Corvalán. Con el tiempo, la escena se transformó en un espacio de coautoría e
interpretación conjunta. “Decidimos duplicar esa experiencia, exponiendo
dos solos en simultáneo. Desde entonces trabajamos como co-creadores e
intérpretes en conjunto”, relatan.
Esta nueva etapa, apoyada por
el Fondo Nacional de Fomento y Desarrollo de las Artes Escénicas 2024,
permitió profundizar la investigación técnica y escénica, incorporando una
dimensión sonora más desarrollada. “Ese lugar siempre estuvo presente en
nuestra imaginación, pero ahora se concretó con la adquisición de equipamiento.
El sonido se volvió un material más de la obra”, señalan.
El equipo creativo se amplió
para incluir a José Farías en diseño y técnica, y a Rocío Rivera y María
Soledad Medina como asistentes coreográficas. La producción está a cargo de
Paula Becerra y la prensa a Alejandra Delgado. Cada rol ha sido clave para
sostener la apertura del dispositivo escénico y sus múltiples posibilidades de
activación.
El vínculo con el público no
está mediado por una narrativa lineal ni por una lógica representacional. TIBIA invita
a contemplar, a dejarse afectar por la resonancia de los cuerpos y
objetos. “Hay una provocación hacia la imaginación. No hay nada cerrado:
cada quien puede mirar, escuchar y sentir desde un lugar distinto”, proponen.
TIBIA es una invitación a sumergirse en una escena que no representa, sino
que acontece.
A dejar que los cuerpos se mezclen con los objetos, que el sonido cruce la materia, que el accidente produzca sentido. Y que, en esa proliferación de restos, cada quien pueda reconstruir su propio mapa.
FUNCIONES GRATUITAS
Miércoles 26 y jueves 27 de junio – 19:00 h.,
Teatro del Parque Cultural de Valparaíso – Ex Cárcel
Sábado 6 de julio – 17:00 a
20:00 h
Espacio La Vitrina (Santiago)
Laboratorio gratuito sobre los materiales escénicos de la obra.
Inscripción: lavitrinacolectivo@gmail.com
Miércoles 31 de julio
Centro Cultural Leopoldo Silva, Quillota
Función de mediación para estudiantes (mañana) + función abierta a público
general (tarde)
No hay comentarios:
Publicar un comentario