Esta práctica no solo refleja un cambio en los hábitos de viaje, sino que también abre una ventana de oportunidades para el turismo local y urbano en la región.
El término staycation proviene de la combinación de stay (quedarse) y vacation (vacaciones), y hace referencia a los descansos que se disfrutan sin salir de la ciudad o explorando destinos cercanos.
“En lugar de emprender largos
trayectos, muchas personas optan por aprovechar lo que ofrece su propia
localidad o escaparse a lugares accesibles a pocas horas, como hoteles, spas,
espacios culturales o entornos naturales”, señala Andrea Echavarría, Client
Services Director de la célula de Tourism and Hospitality en another,
agencia de comunicación estratégica con la oferta de servicios más grande de
América Latina.
Esta
opción se ha vuelto especialmente relevante en América Latina, donde factores
económicos, sociales y ambientales impulsan la búsqueda de alternativas
vacacionales más sostenibles, prácticas y asequibles. Y las cifras respaldan
esta tendencia.
Una
región en movimiento… aunque más cerca
Durante
la Semana Santa de 2024, el turismo en América Latina registró un importante
nivel de actividad. En Chile, por ejemplo, se
proyectaron 1.132.888 viajes entre el jueves 28 y el domingo 31 de marzo.
Esto representó un aumento del 0,2% en comparación con años anteriores. Las
cuatro zonas preferidas para visitar en este primer fin de semana largo del año
fueron: Valparaíso, O'Higgins, Maule y Santiago.
En
México, por su parte, se estimó una derrama
económica de 275 mil millones de pesos, con más de 12 millones de turistas
movilizados. En Argentina, más
de 3.2 millones de personas viajaron dentro del país, mientras que en
Brasil, el interés por los viajes nacionales se tradujo en más
de 420 millones de búsquedas en plataformas como Omnibees, con destinos
costeros y urbanos a la cabeza.
Estos
datos no solo reflejan la magnitud del turismo en la región, sino también un
claro auge del turismo de cercanía. En este contexto, el staycation se
posiciona como una alternativa cada vez más popular entre quienes buscan un
equilibrio entre descanso, presupuesto y accesibilidad.
Una
oportunidad económica, cultural y sostenible
El
fenómeno del staycation muestra una fuerte inclinación por combinar descanso,
cultura y experiencias locales sin necesidad de vuelos ni grandes
desplazamientos. Pero, lejos de ser
simplemente unas “vacaciones en casa”, el staycation ofrece múltiples
beneficios:
Económicos:
reduce gastos en transporte y logística, lo que permite a más personas acceder
a experiencias de descanso. Además, impulsa el consumo local en sectores como
hospedaje, gastronomía, entretenimiento y servicios.
Culturales:
fomenta el redescubrimiento de los atractivos de la propia ciudad o región,
fortaleciendo el orgullo comunitario y la valoración del patrimonio local.
Ambientales:
al disminuir los desplazamientos largos, contribuye a una menor huella de
carbono y promueve un turismo más responsable.
Cómo
vivir un staycation con intención
Echavarría
destaca que esta tendencia representa una gran oportunidad, tanto para los
viajeros como para la industria turística local. “Algunos viajeros eligen no ir
lejos y prefieren disfrutar de destinos locales o incluso quedarse en casa,
pero aprovechando eventos, spas o actividades cercanas. En esta línea, es
importante ofrecer opciones experienciales para quienes desean evitar las
aglomeraciones, pero quieren aprovechar los días libres para hacer algo
distinto”, comenta.
Mientras América Latina se prepara para una nueva Semana Santa, el staycation se perfila como una alternativa versátil, enriquecedora y alineada con los nuevos hábitos de viaje. Porque a veces no hace falta ir lejos para desconectarse... basta con mirar alrededor.
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