Durante los últimos años la tasa de obesidad ha ido en un alarmante aumento, afectando a un 28% de niños y jóvenes a nivel país en el año 2020, donde un 10% se trata de casos severos.
Esto significa que más de 200.000 niños en Chile
enfrentan riesgos de hipertensión arterial, hiperglicemia e hiperlipidemias
desde temprana edad.
En
octubre de 2022, se revelaron los resultados del Mapa Nutricional de JUNAEB.
Los hallazgos resultaron aún más impactantes, ya que la prevalencia de la
obesidad en primer año básico aumentó a un 35% en 2021.
Además,
se observó un aumento significativo en la obesidad severa en este grupo,
pasando del 9.8% al 13.9%. Estos datos subrayan la urgencia de abordar y
revertir la creciente tendencia de la obesidad infantil en Chile.
En
ese contexto, los expertos dicen que, entre los diferentes objetivos
modificables para prevenir la obesidad infantil, se encuentra un cambio de
hábito alimenticio a nivel familiar, que consiste en una selección de alimentos
accesibles y que aporten diversos micronutrientes, proteínas de alta calidad y
grasas saludables, como es el Omega 3, que está presente en altas dosis en el
jurel.
“En
Chile, la prevalencia de malnutrición por exceso, especialmente en estudiantes
de familias vulnerables, es preocupante.
La
falta de actividad física y la alimentación poco saludable contribuyen a este
fenómeno. Los ácidos grasos esenciales que componen el omega 3, como el EPA y
el DHA, tienen beneficios para la salud cardiovascular y cerebral, al igual que
propiedades antiinflamatorias, lo que puede ayudar a la prevención de la
obesidad.”, explica María Trinidad Forteza, nutricionista colaboradora de
la marca San José de Orizon Seafood.
La
especialista también menciona que incorporar alimentos ricos en Omega 3, como
el jurel, en la alimentación familiar, al menos 3 veces por semana, puede
beneficiar a la quema de grasas y al mantenimiento de un peso corporal
saludable.
“Modificar
hábitos alimenticios, como la integración de más alimentos nutritivos y la
reducción del consumo de comidas procesadas y altas en calorías, junto con
encontrar un equilibrio en el tiempo dedicado a la pantalla, podría ser una
estrategia fundamental”, agrega.
A
continuación, la especialista comparte los principales beneficios del omega 3:
Promoción
de un metabolismo saludable: Estudios indican que el omega 3 puede tener
un impacto positivo en el metabolismo de los niños, debido a que mejora la
activación de hormonas relacionadas con el uso de energía y glucosa, lo que
contribuye al mantenimiento de un peso corporal saludable.
Reducción
de la inflamación: Los ácidos grasos Omega 3 poseen propiedades
antiinflamatorias, lo que ayuda a reducir la inflamación crónica asociada con
la obesidad y sus complicaciones.
Desarrollo
cognitivo mejorado: Además de combatir la obesidad, el Omega 3 se ha
vinculado a un desarrollo cognitivo óptimo en niños, lo que subraya su papel
integral en la salud general de los más pequeños.
Fomento de hábitos alimenticios saludables: Introducir alimentos ricos en Omega 3 en la dieta de los niños desde temprana edad puede cultivar hábitos alimenticios saludables que persistirán a lo largo de su vida.
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