Con pantrucas y un causeo de picadillo de cerdo
como plato principal, la propuesta “Once campesina, para trabajadores de claro
a claro”, de la región de O´Higgins, resultó ganadora en la cuarta edición
de El Menú de Chile: reconocimiento a las cocinas tradicionales.
El menú ganador de este año sigue la lógica de
las onces-comidas campesinas de la zona central del país, y estuvo acompañado
de una investigación que plantea tradiciones que vienen de la época hacendal,
la mayoría de las cuales se mantienen hasta la actualidad en esta familia.
La propuesta permite reconocer el valor patrimonial de
la cotidianeidad alimentaria del sector.
“El Menú de Chile es una forma de visibilizar y
celebrar la riqueza y diversidad cultural presentes en Chile; siempre lleno de
sabiduría, de costumbres y festividades que componen nuestra identidad”, dijo
la ministra de las Culturas, Consuelo Valdés, quien agregó que se trata de “un
premio que reconoce a las cocinas patrimoniales y los acervos culinarios de
familias, grupos y comunidades que habitan las regiones y comunas del país,
transmitidos de generación en generación.
Esta transmisión, muchas veces cotidiana y emotiva es
una herencia de las generaciones que nos anteceden que debemos relevar y
proteger”, dijo la Secretaria de Estado.
El equipo ganador que presentó el menú “Once
campesina, para trabajadores de claro a claro” estuvo compuesto por Lina
Fuentes Núñez, dueña de casa, temporera y heredera de la cultura culinaria
campesina; Antonia Correa, periodista con amplia experiencia en investigación
de proyectos de temas culturales y patrimoniales; y Ernesto Pino, trabajador
agrícola, domador y herrero de caballos. El equipo recibe un monto único
de $2.000.000 (dos millones de pesos).
El conjunto de platos y recetas premiadas incluye líquidos
fríos, como mistela de membrillo, agua con harina tostada y jugo
de ciruelas con mote; y calientes, como café de higo y mate de hierbas.
Además, la mesa ganadora propone galleta negra, queso de cabeza, mantequilla
rosada, arrope de miel y pan de miel.
Al momento de la evaluación, el jurado consideró que
“el menú es diverso y coherente. Detalla claramente tanto los ingredientes,
como las preparaciones y los espacios de consumo. Describe, además, los
procesos de elaboración de las diferentes recetas que lo componen”.
El Menú de Chile: reconocimiento a las cocinas
patrimoniales de Chile, es una contribución a la difusión y puesta en
valor de los productos, oficios, saberes, recetas, formas de consumo, contextos
sociales, significados, historias y prácticas tradicionales que conforman el
universo de las cocinas, alimentando la identidad de grupos y comunidades que
habitan los territorios y paisajes.
En esta cuarta versión, el comité de evaluación y
selección del premio "El Menú de Chile” estuvo integrado por Carolina
Bauerle Fuchser, cocinera, docente e investigadora del patrimonio alimentario
del Valle del Huasco, en la región de Atacama; Anabella Grunfeld Havas, con más
de 30 años de trabajo con comunidades campesinas en proyectos de preservación
de biodiversidad local y patrimonio alimentario; Paula Mariángel Chavarría,
antropóloga, magister en Ciencias Sociales Aplicadas y diplomada en Patrimonio
Cultural, Ciudadanía y Desarrollo Local; Lorna Muñoz Arias, investigadora
de la cocina tradicional de Chiloé; y Cristina Gálvez Gómez, licenciada en
Historia y representante de la Subdirección Nacional del Patrimonio Cultural,
del Servicio Nacional del Patrimonio Cultural.
Como es tradicional en los concursos de El Menú de Chile, esta cuarta versión también reconoció a tres menciones honrosas: “Juguemos a mariscar: Rescate Patrimonial de la Cocina de playa en Antofagasta”; “La Fiesta de San Guillermo en Placilla”, de la región de O´Higgins; y “Caleta El Quisco, relatos del oficio y la familia”, de la región de Valparaíso.
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