“La idea de crear productos saludables me ha
acompañado toda la vida, porque mi familia tiene problemas de salud como
diabetes o alergias alimentarias. Entonces por eso empecé a investigar e
incursionar en el mundo de la alimentación saludable, haciendo pastelería
saludable para diabéticos, celiacos y personas con problemas de gluten”, cuenta
María Magdalena.
Esta iniciativa tuvo una gran recepción de la
comunidad valdiviana, quienes comenzaron a preguntar si vendía el manjar que
utilizaba en los pasteles, por lo que se animó a producir y comercializar un
manjar sin azúcar, apto para diabéticos y libre de sellos.
“Me quiero enfocar en la producción de manjar, porque
yo no había visto la magnitud de lo que estaba haciendo. Pensaba en mi familia
que no podía consumir azúcar, pero mis clientes me empezaron a solicitar
productos sin azúcar. Se abrió una oportunidad y me di cuenta que es un
producto innovador en la región”, explica.
“Trabajé por muchos años como secretaria de un centro
odontológico, pero comencé con problemas de salud derivados del estrés, por lo
que tuve que renunciar y emprender. Siempre tuve la visión de crear un negocio
y tener algo propio para venderlo. Cuando decidí crear mi emprendimiento,
quería hacerlo bien, por lo que saqué resolución sanitaria, patente e
iniciación de actividades.
Fui al SII para que me orienten y me contaron sobre el
trabajo que hacía el Centro de Negocios, donde todo cambió, porque comencé a
participar en talleres. Agradezco el apoyo del Centro de Negocios y de mi
asesor Jorge Rivera”, menciona María Magdalena, quien ha participado de un
taller de SII, contabilidad básica y la Escuela de Fortalecimiento Empresarial
Femenino, con los que pudo comenzar a dar boletas y aprender gestión de
marketing y redes sociales.
Kalfukura, que en mapudungún es Piedra Azul, fue un
lonko que lidero varias guerras y muy pocos lo conocen. Eso fue lo que la
motivó a llamarlo así, ya que busca rescatar las leyendas y cultura ancestral mapuche
para ser un aporte a la educación.
También cuenta que no estudió gastronomía, sino que es una herencia culinaria, ya que “fusiono varias recetas porque mis abuelas son de descendencia francesa y mapuche. Mi abuela María Inés Pinuer me enseñó hacer manjar a los 10 años en una estufa a leña porque éramos una familia numerosa”.
A pesar de la pandemia, María Magdalena señala que ha
sido un buen año. “Ha sido un año de aprendizaje y creación. En lo personal, la
pandemia ha golpeado fuerte, porque como soy mamá me tengo que preocupar más de
mis hijos. También hace poco recibí un beneficio de Sence y me van a apoyar con
el 60% del sueldo de una persona para que me ayude”.
Asegura que su principal forma de contacto y fidelización de clientes es boca a boca, pero también puedes contactarla a través de Google Business como Kalfukura Cocinería y Banquetería Valdivia. Realiza reparto a domicilio de su pastelería y con su innovador manjar espera llegar a todo el país.
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