
Por
otro lado, para el chileno la comida francesa es reconocida como una
gastronomía de fama mundial, muy sofisticada y diversa, lo que para la gente se
traduce en complicación.
Sin
embargo, para Etienne de Ginestel, dueño de Alimentos du Soleil, aquello ha ido
cambiando desde la presencia con la marca “Saint Jacques” (Santiago en francés)
en Chile.

La
apuesta de esta marca no ha sido fácil, pero durante casi 16 años ha pasado de
ser un taller artesanal de comida a una fábrica, que mantiene la elaboración
artesanal distribuyendo a través del retail (Lider, Jumbo, Unimarc y Tottus),
las mejores masas frescas listas, pero sin descuidar calidad. Por ejemplo, la
masa Fillo está hecha 100% a mano y es baja en grasa saturada.
Las
otras masas de esta marca son “Brisée” para küchen y pie con uno o dos
rollos, “Crepes sin lactosa”, “Hoja Fresca” para quiche, Pascualina y una
especial de Pizza con sachet de salsa de tomates natural, elaborada en Quillón,
Chillán.
De
esta manera, “Saint Jacques” ha logrado ir posicionando en las mesas chilenas
alimento sano, amigable y rápido para la dieta de la semana.

“Saint
Jacques” vende estas masas enrolladas en papel horneable en los supermercados
y con el devenir de la pandemia, también se han convertido en alternativa
valorada por emprendedores que han potenciado deliverys de comida francesa.
“Nos
hemos reinventado y hemos hecho que el delivery sea nuestro amigo estratégico.
Asimismo, nos dimos cuenta que la gente tiene mayor tiempo para compartir y
cocinar en familia durante esta pandemia. Esto nos dio un impulso positivo, lo
que hemos visto reflejado en nuestras ventas en los últimos meses”, explica el
dueño de Alimentos du Soleil.
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