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Enrique Lara Gómez (c) FITUR |
En un mundo donde el turismo
se ha convertido en una herramienta de transformación social, económica y
cultural, persiste una paradoja: mientras algunos destinos se digitalizan
aceleradamente, otros permanecen desconectados, invisibles para el viajero digital.
La brecha de cobertura móvil y los elevados
costos de roaming siguen siendo barreras estructurales que limitan el acceso a
información turística en regiones rurales, naturales o patrimoniales. Esta
exclusión tecnológica no solo afecta a los visitantes, sino también a las
comunidades receptoras, que ven restringida su capacidad de integrarse en el
ecosistema turístico global.
La desconexión como obstáculo
para el desarrollo turístico
La dependencia de redes móviles o Wi-Fi para acceder a contenidos turísticos es una limitación evidente en muchos destinos. Parques naturales, rutas religiosas, pueblos patrimoniales o enclaves arqueológicos suelen carecer de infraestructura de telecomunicaciones, lo que impide que los visitantes obtengan información contextual en tiempo real.
Esta situación genera una experiencia
fragmentada, donde el turista se ve obligado a improvisar o depender de
señalética tradicional, muchas veces insuficiente o poco accesible.
Además, el roaming
internacional representa un coste adicional y no dispone de cobertura en todos
los lugares, esto desincentiva el uso de aplicaciones móviles en el extranjero.
En consecuencia, el acceso a contenidos digitales se convierte en un privilegio,
no en un derecho universal.
Tecnologías que operan sin
cobertura: una alternativa inclusiva
Ante este escenario, han
surgido soluciones tecnológicas que no dependen de la conectividad móvil. La
señalética digital basada en Bluetooth, por ejemplo, permite transmitir
información directamente a los dispositivos móviles de los visitantes, sin
necesidad de internet ni cobertura.
Esta tecnología, de bajo
consumo energético y fácil implementación, representa una alternativa eficaz
para destinos con limitaciones estructurales.
En lugares como Ollantaytambo,
Perú—puerta de entrada a Machu Picchu—el uso de beacons Bluetooth ha permitido
ofrecer contenidos interpretativos sobre el patrimonio incaico y los negocios
locales, incluso en zonas sin señal.
Pero más allá de este caso
emblemático, lo relevante es que esta tecnología puede aplicarse en miles de
destinos rurales, religiosos o naturales que hoy permanecen fuera del mapa
digital.
Una sola aplicación, una
experiencia global
Uno de los principales retos
del turismo digital es la fragmentación de la experiencia. Los visitantes
suelen enfrentarse a múltiples aplicaciones, cada una vinculada a un destino,
actividad o idioma específico. Esta dispersión genera fricción tecnológica,
especialmente para turistas mayores, personas con discapacidad o viajeros
internacionales que no dominan el idioma local.
“El turista no puede utilizar
una APP distinta, cada vez que cambie de actividad o destino”
Las plataformas que integran
información multilingüe y multitemática en una sola aplicación, operativa en
cualquier parte del mundo, ofrecen una experiencia más fluida y accesible. Al
adaptarse automáticamente al idioma del dispositivo del usuario, estas
soluciones eliminan barreras lingüísticas y promueven un turismo verdaderamente
inclusivo.
Democratizar el acceso a la
tecnología desde los territorios
La brecha digital no solo
afecta a los turistas, sino también a los gestores de destinos. Muchos
municipios rurales o con recursos limitados carecen de capacidad técnica o
financiera para implementar soluciones digitales complejas.
Las tecnologías basadas en Bluetooth, por su
bajo coste y facilidad de uso, permiten que incluso los territorios más
pequeños puedan digitalizar sus recursos turísticos, culturales y comerciales.
Esto empodera a las
comunidades locales, que pueden generar contenidos propios, destacar sus
tradiciones y promover su patrimonio sin depender de intermediarios.
La democratización tecnológica
se convierte así en una herramienta de desarrollo territorial, alineada con los
Objetivos de Desarrollo Sostenible, especialmente el ODS 9 (Industria,
Innovación e Infraestructura) y el ODS 11 (Ciudades y Comunidades Sostenibles).
Cohesión territorial y
redistribución de flujos turísticos
La concentración del turismo
en destinos masificados genera desequilibrios económicos, sociales y
ambientales. Para contrarrestar esta tendencia, es necesario redistribuir los
flujos hacia territorios menos conocidos, pero igualmente valiosos.
Las tecnologías inclusivas permiten
visibilizar estos lugares, conectarlos con redes turísticas globales y fomentar
un desarrollo más equitativo.
Por ejemplo, un visitante que
accede a información sobre un santuario religioso puede descubrir rutas rurales
cercanas, mercados locales o talleres artesanales, incentivando el gasto en la
comunidad y fortaleciendo la economía local. Esta conectividad digital
contribuye a la cohesión territorial, al vincular municipios pequeños con
circuitos turísticos más amplios.
Turismo rural, natural,
cultural y religioso: una oportunidad transformadora
Los destinos rurales,
naturales, culturales y religiosos poseen un potencial inmenso para generar
experiencias auténticas y sostenibles. Sin embargo, su visibilidad depende en
gran medida de la capacidad de ofrecer información contextualizada y accesible.
Las soluciones tecnológicas que operan sin
cobertura permiten destacar la riqueza de estos lugares, desde rutas de
peregrinación hasta senderos ecológicos, sin alterar su esencia.
Además, al integrar contenidos
sobre comercios locales, festividades tradicionales o prácticas culturales, se
enriquece la experiencia del visitante y se impulsa la economía de las
comunidades. Esta sinergia entre tecnología, patrimonio y desarrollo local es
clave para construir un turismo más justo y resiliente.
Sostenibilidad, innovación y
respeto por el entorno
La sostenibilidad no se limita
al ámbito ambiental; también implica garantizar que el desarrollo turístico
beneficie a todos los actores involucrados. Las tecnologías que no consumen
datos, que requieren infraestructura accesible y que pueden ser gestionadas
localmente representan una innovación responsable.
Al evitar la necesidad de
cambiar de aplicación según el destino, se reduce la complejidad para el
usuario y se mejora la accesibilidad. Esto es especialmente relevante para
públicos vulnerables, como personas mayores o turistas con necesidades
especiales.
Privacidad y ética en el uso
de datos
El respeto por la privacidad
es fundamental en el diseño de herramientas digitales. Las soluciones que
operan sin conexión pueden recopilar datos anónimos sobre patrones de
comportamiento, siempre bajo estrictos estándares de protección, como el
Reglamento General de Protección de Datos (RGPD).
Estos datos, procesados de
forma agregada, permiten mejorar la planificación turística sin comprometer la
identidad de los usuarios.
La transparencia en el uso de
la información, mediante políticas claras y accesibles, es esencial para
generar confianza y garantizar una experiencia segura.
Hacia un turismo global,
inclusivo y conectado con los territorios
La falta de cobertura móvil no
debería ser una barrera para el acceso a la información turística. Tecnologías
como la señalética digital basada en Bluetooth ofrecen una solución universal,
operativa en cualquier destino y en todos los idiomas.
Al democratizar el acceso a la
tecnología, fomentar la cohesión territorial y promover el turismo rural,
natural, cultural y religioso, se abre la puerta a un modelo turístico más
equitativo y sostenible.
Desde OK Located, creemos que
la innovación debe estar al servicio de las personas y los territorios. Por
eso, trabajamos para que cada rincón del mundo pueda contar su historia, sin
depender de la conectividad ni de infraestructuras complejas. Porque el turismo
del futuro será inclusivo, o no será.
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