La joven pastelera de El
Bosque y la dupla de chilenos que nos representarán en el Campeonato
Mundial de Jóvenes Panaderos y Pasteleros, en el marco de FIPAN 2025, es el
camino de una generación que busca profesionalizar y proyectar toda la tradición
de nuestro rubro.
Del 22 al 25 de julio,
el Expo Center Norte de Sao Paulo será el epicentro latinoamericano
del pan y la repostería. Organizada por el Sindicato de la Industria de
Panadería y Confitería (SAMPAPÃO) de esa ciudad brasileña, el evento es una de
las mayores ferias de panadería y confitería del subcontinente.
Preste atención: el encuentro
recibirá a más de 59.000 profesionales, 450
expositores y 1.500 marcas, en una muestra que tendrá cuatro grandes
pabellones donde se cruzarán innovación, formación, tecnología y mercado. En
ese escenario es que los tres representantes nacionales competirán por Chile.
Se trata de un desafío
importante, de nivel global, promovido por la International Union of Bakers and
Confectioners (UIBC), cuya clasificación se ganaron “en la cancha”. Recordemos
que en febrero pasado, los seleccionados se impusieron en una clasificatoria
impulsada por Indupan y Escuela Artebianca, dos actores clave en la formación y
promoción de estos oficios en nuestro país.
Hambre de
conocimiento
Catalina Cabrera, quien
participará en pastelería, asume el reto con serenidad. “Las expectativas para
este concurso son principalmente crecimiento y aprendizaje. Espero mostrar mis
habilidades y aprender de los otros países que tienen sus jóvenes talentos
presentes, y recibir retroalimentación que me ayude con mi desarrollo
profesional”, afirma.
Claro, porque no se trata solo
de perfección técnica o de replicar recetas, sino de avanzar hacia una visión
más amplia del ejercicio. “Cada vez son más las personas que quieren dedicarse
a este rubro, lo cual es muy enriquecedor. Aun así, me gustaría que hubiera más
apoyo a la panadería y pastelería más especializada, salir de la zona de
confort”, asegura Catalina.
“Espero que sigan creciendo
estas ganas de salir y de explorar lo que hoy en día está haciendo la
pastelería en Europa, y no seamos los últimos en practicar técnicas que allá
dominan hace años”, puntualiza la joven chef.
Del lado de la
panadería, Emiliano Lagos -quien competirá junto a Diego Paredes-
habla de visualizar un propósito. “Mis expectativas están enfocadas en hacer un
trabajo gratificante para nosotros y llevar a cabo nuestra propuesta de la
mejor manera. Demostrar que Chile está subiendo su nivel y que venimos pisando
fuerte”, indica.
Para Emiliano, este oficio requiere estructura, perspectiva y responsabilidad. “Veo el futuro de la panadería de la mano con la profesionalización del rubro. Se necesita mano de obra, pero también mejores parámetros, visión y una guía para seguir. Nuestro país es y seguirá siendo un gran campo para esta industria, por eso no podemos dejar de ser partícipes de sus avances”, dice con seguridad.
Un dulce análisis
La participación chilena en
FIPAN 2025 no es un hecho aislado: forma parte de un proceso más profundo que
ya es visible en escuelas de gastronomía, emprendimientos e iniciativas del
sector.
Para Iván Suárez, chef
instructor de Artebianca, el futuro de la pastelería nacional se vislumbra como
parte de un crecimiento continuo, marcado por la innovación, la adaptación
a las tendencias globales y un enfoque en la sostenibilidad y la experiencia
del cliente.
“Se espera que
evolucione hacia sabores más audaces y mezclas diferentes y preparaciones más
creativas, incorporando ingredientes locales e internacionales”, señala.
Catalina Gajardo, asesora
del Centro de Innovación Gastronómica de Inacap, sostiene que se está
viviendo un momento clave en el rubro pastelero. “Conserva su identidad y
sabores tradicionales, pero se abre con fuerza a la innovación: técnicas modernas,
productos locales y un enfoque más saludable. Menos ingredientes, más textura,
más sabor. El futuro es equilibrio entre memoria y evolución”, aclara.
En relación con el trabajo que
las nuevas generaciones deben realizar para perfeccionarse, Suarez advierte que
es vital centrarse “en la formación y capacitación de nuevos profesionales,
siempre con enfoque internacional”. En ese aspecto, la inversión resulta
fundamental “para garantizar la calidad de los productos y la innovación en el
sector”, comenta el profesional de Artebianca.
Por su parte, Gajardo no duda
en definirlo como un punto de inflexión. “La gastronomía nacional se ha
profesionalizado de forma sostenida, y eso se refleja también en el mundo
dulce. Sabores de infancia como los dulces de La Ligua o las tortas curicanas están
siendo reinterpretados con técnicas de vanguardia, sin perder su esencia”,
dice.
En su diagnóstico, también hay
una lectura clara de los cambios culturales y generacionales. “Nuestra
pastelería avanza hacia propuestas más saludables (…) Se prioriza la calidad
por sobre la cantidad, el territorio por sobre la imitación.
Si tuviera que definir el futuro,
en una palabra, sería ‘equilibrio’ entre lo tradicional y lo nuevo, entre la
técnica y la memoria, entre lo global y lo local”, argumenta la asesora
del Centro de Innovación Gastronómica de Inacap.
Hacia la
internacionalización panadera
Para Juan Mendiburu,
presidente de Indupan, este tipo de instancias globales son mucho más que
una simple competencia. “Representa una oportunidad única para visibilizar el
talento joven y demostrar que en Chile se trabaja con seriedad y proyección”,
asegura.
Desde el gremio de los panaderos industriales de Santiago, destacan que esta experiencia no solo entregará herramientas técnicas, sino que fortalecerá redes y reafirmará la vocación por nuestro oficio.
“La panadería chilena vive
momentos de auge, y eso se demuestra con el trabajo que venimos haciendo,
dignificando al panadero y dándole una experticia distinta. Queremos que las
nuevas generaciones se den cuenta que pueden llegar más lejos, que el esfuerzo
de aprender a hacer las cosas bien y ser más profesional da mejores frutos al
final”, advierte Mendiburu.
En ese sentido, el objetivo es
que el próximo año lleguen “treinta o cuarenta jóvenes con la sana idea de
competir para ir a extranjero”, porque afuera ser panadero “es muy bien mirado
y mucho mejor remunerado. Ojalá siga habiendo más interés”, subraya la máxima
autoridad de Indupan.
De esta manera, la presencia chilena en el Campeonato Mundial de Jóvenes Panaderos y Pasteleros confirma un proceso en marcha y que no tiene vuelta atrás: la de una generación decidida a perfeccionarse, conectar con el mundo y redefinir qué significa ser un profesional de esta industria en el siglo XXI.
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